Los jóvenes españoles nunca han tenido fácil acceder a una vivienda para poder salir de casa de sus padres. Pero la crisis, con su desbocada destrucción de puestos de trabajo lo está poniendo aún más difícil.

El porcentaje de personas entre los 18 y 35 años que se han marchado del hogar familiar era, en el primer trimestre de 2008, un 45,6%. En el segundo, la cifra apenas se había incrementado hasta el 45,8%, una subida notablemente inferior a la que se venía registrando en los años anteriores. Incluso hay siete comunidades autónomas en los que esa tasa ha retrocedido. Los casos más llamativos son Murcia (-2,43%) y Navarra (-2,02%).

Estos datos provienen del Observatorio Joven de Vivienda que trimestralmente elabora el Consejo de la Juventud y cuyo informe correspondiente a los meses de abril, mayo y junio de 2008 fueron presentados ayer.

En el paro y en casa ajena

El documento, que toma datos de ese periodo, habla de un aumento del paro entre los jóvenes del 39,46% en su variación anual (de 884.069 en 2007 a 1,2 millones en 2008). Y eso pese a que estas cifras son anteriores al agravamiento de la crisis: en diciembre de 2008, el número de parados entre de los menores de 25 años había aumentado un 60% respecto a un año antes. Esta es la principal causa del freno en la tasa de emancipación.

La otra es el parón en la llegada de población inmigrante, que durante los últimos años había dinamizado la marcha temprana del hogar.

La tercera es el precio de los pisos. Los datos del observatorio cifran en 3.353,25 euros al mes lo que debería ganar un joven para comprar una vivienda sin que su pago suponga más del 30% de sus ingresos, que de media ascienden a 1.196 euros. Es decir: tendrían que ganar un 180% más para poder comprarse una casa.

TESTIMONIO

Javier González

27 años, desempleado.

"No me apetece volver a casa después de vivir cuatro años solo"

Tras llevar cuatro años fuera de casa, Javier González ha visto dinamitada su independencia. Hace un mes que este joven madrileño se quedó en el paro, culpa de crisis en el sector de la construcción, y ha tenido que dejar su vivienda. "Llevo dos mese sin pagar a mi casera y ya me palo quedarme", explica algo molesto, porque dice tener sólo dos opciones: "O vuelvo a con mi madre a casa o me busco una habitación de menos de 200 euros".