La reanudación del suministro a los países europeos, desde Rusia y a través de Ucrania, sigue en el aire, después de que el presidente ruso, Dimitri Medvedev, negara validez, este domingo por la noche, al acuerdo alcanzado el sábado con la mediación de la Unión Europea.
Moscú rechazó el acuerdo alegando que Kiev había introducido una serie de cláusulas y condiciones manuscritas en el mismo, después de que hubiese sido ratificado.
En respuesta al rechazo ruso, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y la primera ministra ucraniana, Yulia Tymoshenko, han acordado plasmar el acuerdo en dos documentos separados, de forma que las declaraciones introducidas por Ucrania no queden reflejadas en el pacto final, y que éste sea aceptable por Moscú.
Según la Comisión Europea, las condiciones añadidas por Ucrania no afectan a la validez de lo acordado el sábado, que, básicamente, estipula la presencia de un grupo de observadores internacionales en las estaciones de bombeo, para supervisar el suministro. Estos observadores están ya desplegados en las partes del gasoducto acordadas.
El consorcio ruso Gazprom suspendió totalmente el suministro de gas natural a través de Ucrania tras romperse las negociaciones sobre los nuevos precios con la empresa gasística ucraniana el pasado 31 de diciembre, y después de que Moscú acusase a Kiev de robar gas.
Un total de 18 países europeos se han visto afectados por la medida, en plena ola de frío y sin combustible para sus calefacciones.
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