D.S., un hombre de 32 años vecino de Níjar (Almería), ha sido condenado a 14 años de prisión por agredir sexualmente en dos ocasiones a la novia de un amigo, a la que además amenazó para doblegar su voluntad con provocar el fallecimiento a su pareja y "venderla a ella como prostituta" en el intervalo de apenas 48 horas.

La sentencia del Tribunal Supremo (TS), que desestima el recurso de casación interpuesto por el procesado contra el fallo en primera instancia dictado por la Audiencia Provincial, y ratifica la condena que le imponía el pago de un indemnización de 24.000 euros a la víctima más otros 126 euros para reparar las lesiones inflingidas por las que estuvo incapacitada para sus ocupaciones habituales durante seis días.

La Sala de lo Penal rechaza que se produjese vulneración de la presunción de inocencia durante la vista oral dado el testimonio "persistente, contumaz e idéntico" prestado en la instrucción de la causa por la mujer, con la que niega existiese relación previa, al tiempo que subraya la declaración como testigo del empleado de una gasolinera, quien la vio tras la primera agresión y los agentes de la Guardia Civil a los que éste alertó para que pudiese interponer denuncia.

Abril de 2006

El procesado, de nacionalidad lituana, reconoció durante el acto de juicio el haber mantenido relaciones sexuales con la víctima en dos ocasiones en la fecha en la que se produjeron los hechos en abril de 2006 si bien negó que no hubiera consentimiento por parte de ella, ciudadana rusa.

El tribunal considero probado, sin embargo, que D.S. se ofreció a llevar a casa a la chica tras una fiesta celebrada en una vivienda propiedad de un tercero y conocido común después de que ésta se pelease con su novio. Tras subir al vehículo y emprender rumbo hacia la barriada nijareña de Campohermoso, el acusado desvió su camino con la excusa de que quería hablar con ella, se dirigió el turismo hacia un descampado alejado de cualquier núcleo urbano y consumó la primera violación bajo amenaza de muerte.

A continuación, y ya de camino al domicilio de la víctima, le permitió apearse junto a una gasolinera para que pudiera ir al baño, momento que ella aprovechó para relatar entre llantos al empleado de la estación de servicio lo que le había pasado y pedirle que llamase a la Guardia Civil mientras que permanecía escondida en los aseos bajo llave.

Amenazas

D.S. huyó del lugar poco antes de la llegada de los agentes de la Benemérita, que auxiliaron a la mujer y la trasladaron a un centro de salud al precisar atención para sanar de las lesiones causadas por el acusado, contra el que interpuso denuncia. Dos días después, y de madrugada, la abordó de nuevo cuando ésta se encontraba en las inmediaciones del cortijo en el que residía y la introdujo en un vehículo.

En esta ocasión, la trasladó hasta su vivienda en compañía de dos amigos no procesados en la causa y, una vez en el interior, volvió a consumar la agresión sexual sin la que oposición de ella que, según recoge la sentencia de la Sección, "se encontraba atemorizada ya que le dijo que si no retiraba la denuncia su novio podía tener un accidente y ella ser vendida como prostituta".