«Llamé a cuatro o cinco casas rurales por teléfono y otro amigo a seis más. Además, enviamos unos 20 correos electrónicos. Todas estaban ocupadas, los propietarios nos decían que desde hacía meses, así que al final nos vamos a una casa prestada por un familiar en la montaña».

Éste es el testimonio de Adrián Rodrigo, vecino de Valencia de 25 años. Su grupo de amigos se puso a buscar alojamiento en el interior de Valencia a finales de octubre para pasar la Nochevieja, pero para su sorpresa, la oferta estaba agotada.

Y es que «el 95% de las casas rurales están ya reservadas prácticamente desde septiembre», según ha informado José Roig, portavoz de la asociación Turcaroig que aglutina la mayoría de los alojamientos rurales en la Canal de Navarrés, La Costera y parte de La Ribera Alta. Roig ha comentado que «a estas alturas sólo queda disponible algún inmueble de pequeñas dimensiones porque la gente para Nochevieja suele ir en grupos numerosos».

Descenso en ingresos 

De esta forma, el turismo rural parece ser de los pocos sectores que apenas se ha visto afectado por la crisis: «De cara a Navidades no lo hemos notado y el resto del año puede haber bajado un 10% los ingresos, tanto en alojamiento como en hostelería». El motivo principal de esta situación es que «a la gente cada vez le gusta más el turismo rural en estas fechas unido a que los precios son accesibles».

Tanto es así, que el precio medio de una casa para entre seis y ocho personas durante cuatro días de Navidad incluída la Nochevieja es de unos 1.000 euros, es decir, «entre 125 y 166 euros por persona».

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