Poco antes de la media noche del viernes, las calles de Londres se llenaron de arte... gratuito. Un artista británico decidió que este era un momento tan bueno como cualquier otro para regalar sus cuadros, valorados en 1,5 millones de euros, a los ciudadanos que los encontraran por la calle, y así lo hizo.

Adam Neate y su equipo de asistentes dejaron 1.000 cuadros en distintos puntos de la ciudad. Cuando Neate comenzó su carrera nadie quería comprar las pinturas que hacía sobre trozos de cartón. Por aquella época, sus compañeros con los que compartía su casa lo obligaban a deshacerse de sus trabajos, que Neate llevaba a las tiendas de segunda mano o que simplemente dejaba en la calle.

El recuerdo de los amargos primeros pasos en el mundo del arte le han servido de "inspiración" a este inglés para decidirse a abandonar sus pinturas en las calles, bajo los puentes, en los parques o en la vías del tren para los transeúntes que quisieran llevárselas a sus casas.

"Para algunos, mis cuadros no tendrán ningún valor, tal vez los tiren a la basura. Tal vez a alguna persona le gusten por lo que son, sin saber nada de mí, y los conserven. Ese concepto me gusta: disfrutar del arte más allá de quien lo haya pintado", ha declarado el artista a la cadena BBC.