Miguel Ángel Paniagua y su hijo ganan el mundial de canto de canarios con sus pájaros, llamados Los hijos del Samur porque su padre "imitaba a las ambulancias de todo Madrid". Los canarios de los Paniagua ocupan los primeros puestos porque saben decir "pelillos, pelillos". También imitan gotas de agua, pueden piar como ruiseñores y les gustan los adagios. Miguel Ángel cuenta su experiencia:

Usted es campeón mundial de canto de canario, ¿cómo enseñó a cantar a un pájaro?

Compongo una canción y se la pongo al canario con equipos de sonido para que la vaya escuchando y la imite. Lo intercalo con música clásica: le gustan los adagios.

¿Y qué sabe cantar el suyo?

Ha aprendido a imitar campanas, gotas de agua y timbres, emite sonidos simultáneos, también hace el canto de un ruiseñor e incluso dice "pelillos, pelillos". El canario de un amigo llegó a decir "Maripili" y el padre del mío se llamaba Samur porque imitaba el sonido de las ambulancias de todo Madrid.

¿Qué le gusto a los jueces de su canario?

Quedó con 91 puntos sobre 100 y mis cinco pájaros ocuparon los primeros cinco puestos. Ganaron por la variedad de su repertorio.

¿Qué es lo que más puntúa en una competición así?

La idea es que parezca que hablan, que vocalicen, aunque nunca llegarán a hablar tan bien como los loros.

Su hijo quedó subcampeón en el mundial, ¿es ya una tradición familiar?

Mi hijo (4 años) es la cuarta generación, mi abuelo empezó con este arte y toda mi familia lo hace. Hay gente que adiestra perros y nosotros amaestramos canarios. Lo primero que hace el niño por la mañana es ver los pájaros.

¿Sus vecinos se quejan cuando los pájaros cantan?

Vivo en un piso y nunca se han quejado. Pero no están todo el día piando, también descansan.