La artista norteamericana presenta en Madrid su obra, a medio camino entre la pintura y la escultura.
La artista norteamericana, de hecho, define su obra como «escultórica a pesar de que cuelga de las paredes». Plantea cada una de sus obras como cajas que agrupan «imágenes del mismo modo que un escenario recoge una obra de teatro».
Estos paneles contienen personajes que se mueven entre lo naïf y lo cruel: muñecas de trapo cosidas a mano, dibujos que parecen salidos de crueles cuentos de hadas o kilts oníricos son algunas de las claves de su obra.
EL HAPPY MUNDO / MADRID / Galería Rita Castellote / Hasta el 8 de noviembre
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