Sevilla enloquece con la Madonna "gitana"

  • Madonna dedicó ayer numerosos tramos de su concierto de Sevilla al mundo de los gitanos y a su admiración por España.
  • Cincuenta mil personas asistieron al concierto, aunque había más sitio.
  • Cantó 22 canciones, las más conocidas y las de 'Hard Candy'.
  • La cantante estadounidense tiene otra cita el 18 de septiembre en Valencia, en el circuito Ricardo Tormo, de Cheste.
Madonna baila sobre un descapotable, ayer en Sevilla.
Madonna baila sobre un descapotable, ayer en Sevilla.
MARCELO DEL POZO / REUTERS
Madonna baila sobre un descapotable, ayer en Sevilla.
Las cerca de 50.000 personas que asistieron ayer al concierto de Madonna en el
Estadio Olímpico de Sevilla enloquecieron con la parte gitana de la actuación, varios temas que el público ha jaleado con palmas al son de los músicos rumanos que integran el elenco de su gira mundial

Con la reina del pop acompañada de numerosos romaníes al baile y una escenografía con pantallas de vídeo tridimensionales en las que se rendía un homenaje a la vida de los gitanos, Madonna agradeció la entrega de su público y no ha dudado en marcarse algún baile flamenco y en decir "te amo" en español.

Mientras sus miles de seguidores palmeaban las interpretaciones de Spanish Lesson o La Isla Bonita, Madonna se contoneó con movimientos flamencos y animó a sus músicos con algún "ándele" mexicano.

Madonna, en SevillaA pesar de que la mayoría de las entradas para el concierto en Sevilla se vendieron fuera de la ciudad, los foráneos también conectaron con la vena "gitana" de la artista, que en España ofrecerá otro concierto, el 18 de septiembre en Valencia, en el circuito Ricardo Tormo, de Cheste.

La artista estadounidense, de 50 años, aunque no los aparenta, ha mantenido vínculos con España y no ha ocultado nunca su admiración hacia españoles, como el actor Antonio Banderas o el torero sevillano Emilio Muñoz, con el que realizó en la década de los 90 el videoclip Take a Bow .

En Sevilla, que estos días celebra la Bienal de Flamenco, la cantante bailó sobre un descapotable blanco, saltó a la comba y sorprendió al público, de todas las edades, con los juegos de luz y sonido que le acompañan, hasta el punto de que cada canción parece un videoclip.

Cantó 22 canciones, las más conocidas y las de su último trabajo, Hard Candy, siempre acompañada de imágenes suyas de ayer y hoy y con referencias a sus inclinaciones políticas, como al candidato demócrata Barak Obama, a Teresa de Calcuta o Mandela.

Icono gay, lo que quedó patente entre sus espectadores en Sevilla, la artista de Michigan estuvo acompañada por 16 bailarines y doce músicos, y se cambió ocho veces de vestuario, algunos de conocidos modistas, como Givenchy, en los que predominaron las altas botas negras, las medias de rejilla y los grandes sombreros.

La actuación, que ha incluido la interpretación de temas como Vogue, Like a Prayer, Hung Up o Give it 2 me, estuvo repartida en cuatro partes diferenciadas, la citada Gipsy, otra denominada Pimp, un homenaje al Art Deco de los 20; Old School, un recuerdo a sus primeros años en Nueva York, y Rave, una incursión en el mundo futurista con influencias del lejano Oriente.

Los organizadores no han concretado el número de entradas vendidas, que no alcanzaron las 63.000 puestas a la venta, como se pudo comprobar por la cantidad de reventas que se quedaron con localidades sin vender.

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