Dichos rumores se producen después del varapalo sufrido por Fernández la pasada semana, cuando el vicepresidente, el radical Julio Cobos, votó contra el Gobierno y vetó en el Senado una subida de impuestos a la exportación de granos, detonante de una crisis con el sector agrario que se prolongó durante cuatro meses.

Pero la presidenta no hizo mención alguna al conflicto del campo ni a la insólita situación creada en su Gobierno con la decisión del vicepresidente Cobos -que sigue subiendo en popularidad mientras la imagen de Fernández cae en picado- y se limitó a hablar de Aerolíneas Argentinas. La mandataria describió la situación de la compañía de bandera como "grave" y recordó que se encuentra en concurso previo a una quiebra luego de la gestión del grupo español Marsans.

60 días para realizar una auditoría

El acto encabezado por Fernández se produjo horas después de que representantes del Gobierno y de Marsans suscribieran un acuerdo para que el Estado retome la gestión de la compañía y acordaran un periodo de 60 días para realizar una auditoría que permita conocer la situación de la empresa y fijar el valor de sus acciones.

Fernández adelantó que enviará en breve el proyecto de nacionalización de Aerolíneas Argentinas al Congreso y llamó a los trabajadores a sumarse al "gran esfuerzo" del Estado para sacar adelante a la compañía. Minutos antes, el ministro de Planificación, Julio De Vido, explicó que el Gobierno decidió intervenir en el caso de Aerolíneas ante la "extrema iliquidez" en que se encontraba la compañía.

El ministro apuntó que la mandataria espera de los administradores de Aerolíneas y "de los compañeros trabajadores" la "máxima entrega y el máximo compromiso" en la nueva etapa de la empresa. De Vido dijo que en los próximos días se enviará al Parlamento un pedido para que el Legislativo convalide la "estatización" (nacionalización) de la empresa "para contar con respaldo jurídico y el marco que corresponde para definir modelo de gestión sobre la línea de bandera".