Ni crisis, ni impuestos especiales por la subida del precio del carburante, ni nada. No hay razón que impida que en vacaciones los vascos hagan sus maletas y salgan en busca del sol, el exotismo o la esencia de otras culturas.

Las agencias de viajes de Euskadi no se han percatado de la desaceleración económica porque no han dejado de vender viajes. «Tenemos muchos reservados desde hace más de dos meses», señalan en una agencia vitoriana.

Sin duda, el destino estrella de este verano para los viajeros vascos es Nueva York, para el que se han botado numerosos vuelos chárter. La depreciación del dólar ha animado a muchos a decidirse a conocer la Gran Manzana. No obstante, hoy ya es casi imposible encontrar un billete para llegar a la ciudad que nunca duerme en agosto. Cinco días con viaje y hotel incluídos puede salir por unos 800 euros más tasas.

Eso sí, las tasas pueden convertirse en una sorpresa desagradable, sobre todo para los que ya habñian pagado el viaje con antelación. Gracias al impuesto de carburante, llegan a alcanzar los 400 euros. «Es muy duro decirle a un cliente que tiene que pagar 150 o 200 euros más cuando ya había pagado su viaje», comenta una agente de viajes de Barakaldo.

Además de la capital económica mundial, los viajes que más están triunfando entre los vascos son los cruceros por el mediterráneo. En especial, por las islas griegas, que incluyen parada en Venecia y en la costa croata. Los precios oscilan entre los 1.000 y 3.000 euros.

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