Rock in Rio abre sus puertas con absoluta normalidad y con un sol de justicia

Alanis Morrisette y Loquillo, en el Festival Rock in Rio.
Alanis Morrisette y Loquillo, en el Festival Rock in Rio.
20MINUTOS.ES
Alanis Morrisette y Loquillo, en el Festival Rock in Rio.

La 'ciudad de la música' ha abierto este viernes sus puertas. La normalidad ha sido la tónica de la jornada inaugural del Festival Rock in Rio de Arganda del Rey (Madrid), donde cerca de 50.000 asistentes según la organización se congregan para disfrutar de la música en directo en una variada oferta de ocio.

Tras cortar la cinta inaugural, han dado comienzo los primeros conciertos con las actuaciones de Lilith y The Right Ons, en la carpa Hot Stage. En esta primera de las cinco jornadas previstas han actuado artistas de reconocido prestigio como los españoles Loquillo y Manolo García así como Jack Johnson o Alanis Morrisette, que ha sido la primera de las grandes estrellas en actuar al asomarse al Escenario Mundo. En cualquier caso, la guinda viene de Neil Young, la estrella de la noche y por la que muchos de los asistentes han acudido.

Gran recinto

Los estragos del calor han hecho mella a todos aquellos que se acercado a las inmensas instalaciones, un recinto de más de 200.000 metros cuadrados. Entre alguno de los visitantes se han encontrado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ha salido al Escenario Mundo acompañada por el presidente del festival, Roberto Medina, y el alcalde de Arganda del Rey, Ginés López.

Hasta el momento, no se han producido largas colas y los visitantes han podido acceder al recinto sin problemas. La organización ha previsto numerosos autobuses que parten constantemente desde las inmediaciones del estadio Santiago Bernabéu.

Gran variedad

La oferta de ocio que tiene Rock in Río Madrid es de lo más amplia y te permite subir a una gran noria para ver todo el recinto; en una tirolina, que pasa por delante y a lo largo del escenario principal y que dio multitud de problemas técnicos en un primer momento, e incluso bajar por una rampa de nieve o practicar el skateboard; eso sí con largas colas en todas ellas, que hacían los más pacientes y atrevidos.

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