El informe refleja que la violencia y la discriminación racista persisten a lo largo de toda la Unión Europea. "Debemos garantizar que la igualdad de derechos y de protección ante el racismo son un derecho efectivo y no sólo sobre el papel", señaló Anastasia Crickley en la presentación del informe. Para lograrlo, recomienda usar las herramientas legales de que ya se dispone.

Algunos ejemplos

El informe recoge el caso francés, cuya actividad sensibilizadora en el ámbito público ha permitido un gran incremento de las reclamaciones respecto a las actuaciones racistas. Crickley ha destacado medidas similares puestas en marcha en Bélgica, Holanda, Irlanda, Inglaterra y España como ejemplo de lo que se puede hacer con el desarrollo legislativo contra el racismo.

Además, se destaca la relevancia de la aplicación y la severidad de las sanciones como otro de los indicadores de la efectividad de un sistema frente al racismo. En el lado positivo a este respecto está el Reino Unido, mientras que aún existen

Crickley concluyó: "Es evidente que los estados miembros están aplicando la legislación de un modo dispar. Debemos redoblar nuestros esfuerzos para asegurarnos que la igualdad se convierte en un derecho efectivo para todos en la Unión Europea".