La prisión de Picassent lleva tiempo hasta los topes, y esa saturación obligó el martes a dos presos recién llegados a dormir en el suelo, eso sí, sobre colchones. Lo dice el sindicato Acaip: «Esa falta de plazas provoca también que haya reclusos que lleven allí más de un mes cuando la norma establece un máximo de cinco días».

Además, auguran, lo peor está por llegar porque este fin de semana esperan a reos de otras cárceles.

El centro, por boca de Jesús Sánchez, su subdirector adjunto, reconoce que el nivel de ocupación "es alto", pero aclara que se habilitaron "colchones sobre bloques de cemento" que igual se usan de cama que de asiento. Explican también que sólo se instalaron esa noche.

Además, el martes, un hombre acudió chispado a la cárcel para cumplir una pena, pegó una patada a un funcionario y le rompió las gafas. Tiene cardenales aunque pudo seguir trabajando. El preso, por ahora, se ha salido de rositas. En un mes aproximadamente, concluirá el procedimiento disciplinario que se ha abierto contra él.

Se trata de unos trámites en que se estudiarán, entre otras cosas, posibles atenuantes de su comportamiento o incluso eximentes (enfermedad mental, por ejemplo). De considerarse su acción una falta muy grave, podría pasar 14 días aislado, 30 privado de paseos...

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