Ni juicios, ni escándalos. Nada detiene a Britney Spears para, al final, hacer lo que quiere, incluso lo que no le conviene.

Según cuenta la web especializada Hollywood Rag, la cantante ha comprado una nueva mansión en Encino, Los Ángeles, por aproximadamente cinco millones de dólares.

No sería una novedad “problemática” de no ser porque la casa está muy cerca de la de su ex-marido Kevin Federline, que se halla en Tarzana, y con el que recientemente se ha tenido que ver la cara en un juicio por la custodia de los dos niños que tienen en común, Preston y Jayden James.

La nueva casa de Britney Spears tiene cinco dormitorios, seis cuartos de baño, jacuzzi, una escalera de espiral, numerosas chimeneas, bodega y una gran piscina con spa.

La anterior residencia de Spears, en Malibú, California, acabó en un estado casi ruinoso, según una fuente cercana a la cantante, que declaró que había “marcas de cigarrillos, quemaduras, botellas de vino rotas por todas partes, manchas, comida en mal estado en el frigorífico y restos de la convivencia de sus numerosos perros”, a los que nadie fue a recoger.