«Mi hijo está bajo los efectos de tranquilizantes, cuando tiene lucidez se viene abajo», afirma el padre del joven que perdió el control de un todoterreno el sábado pasado y causó el accidente del autobús de turistas finlandeses. Murieron nueve personas; 41 están heridas y 13 de ellas, hospitalizadas.

«Nos encontramos deshechos, derrotados, y es normal que estemos así. Ahora mismo no estamos para nada, mi hijo está mal, es muy doloroso», afirma en declaraciones a Sur publicadas hoy.

El joven se encuentra en una planta del hospital Clínico de Málagay evoluciona favorablemente. El martes fue operado de las cervicales. Un informe forense asegura que no está en condiciones de declarar.

La juez ha dictado libertad para el conductor, aunque el hospital tendrá que informar al juzgado antes de dar el alta. Así la jueza tomará declaración al joven y decidirá si dejarle libre, encarcelarlo incondicionalmente o condicionar su libertad al pago de una fianza.

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