Paul Preston desmonta las "mentiras" difundidas y aceptadas sobre Franco

  • El historiador británico acaba de publicar su libro El gran manipulador. La mentira cotidiana de Franco.
  • Niega que fuese el general más joven de Europa desde Napoleón, así como su supuesta neutralidad en la II Guerra Mundial.
El historiador británico Paul Preston, autor de una biografía sobre Franco de más de mil páginas (EFE).
El historiador británico Paul Preston, autor de una biografía sobre Franco de más de mil páginas (EFE).
El historiador británico Paul Preston, autor de una biografía sobre Franco de más de mil páginas (EFE).
El historiador británico Paul Preston desmonta en su última obra,
El gran manipulador. La mentira cotidiana de Franco, las
"mentiras" difundidas por el régimen franquista sobre el dictador.

Algunas de estas falsedades, según Preston, se han mantenido hasta hoy aprovechando el contexto internacional derivado de la Guerra Fría y el anticomunismo de las potencias occidentales.

Con al menos 130.000 muertos por la represión, Franco tiene mejor imagen que Pinochet, que asesinó a 3.000

"Muchas de las creencias populares con respecto a Franco son falsas: no fue el general más joven de Europa desde Napoleón, ni el valiente artífice de la neutralidad española en la II Guerra Mundial, ni el arquitecto del crecimiento económico español de los años 60", asegura Preston.

El historiador atribuye ese sentir colectivo benévolo hacia Franco a "una combinación de ignorancia, indiferencia y la determinación de no volver a sufrir una dictadura". "Está instalada en la gente una idea de Franco benévola, hasta el punto de que con al menos 130.000 muertos por la represión, tiene mejor imagen que Pinochet, que asesinó a 3.000 chilenos", añade.

Mediocre y de poca cultura

A pesar de que intelectualmente Franco era una persona de poca cultura y un "mediocre", fue capaz de detentar el poder, según Preston, "a través del terror impuesto tras la Guerra Civil ; por su capacidad para manipular y torear a sus colaboradores y su habilidad para saber el precio de su silencio; y por la suerte de un contexto internacional en el que británicos y norteamericanos difundían con pleno conocimiento las mentiras del régimen".

Un ejemplo claro de esta connivencia pasiva son las declaraciones del primer ministro británico Winston Churchill en 1944, en las que daba las gracias a Franco por haber sido neutral durante la II Guerra Mundial, "a pesar de no haberlo sido".

Preston califica algunas de las mentiras de Franco de "infantiles" y se siente "escandalizado" cuando ve que el 'Caudillo' justifica el bloqueo al que Estados Unidos sometió a España en los primeros años de la autarquía en "la envidia de los norteamericanos, que en realidad querían abrazar el sistema falangista español".

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