Contador, fuerte en la montaña y valiente en el descenso, ya es líder en País Vasco

  • La ronda vasca comenzó este lunes en Legazpi (Guipúzcoa).
  • El equipo del madrileño, el Astaná, controló la jornada.
  • El ganador del Tour 2007 atacó con fuerza en la subida a Deskarga.

La Vuelta al País Vasco es sinónimo de espectáculo. Es habitual que una pléyade de figuras acudan a la cita vasca, "la vuelta de las clásicas" como la denominó un comisario de la Unión Ciclista Internacional en 2007, y que los recorridos y la climatología, aderezados con las ganas de victorias de los ciclistas y la pasión de una afición que nunca falla, deparen grandes jornadas de ciclismo.

Y 2008 no podía ser una excepción. Este lunes arrancó una nueva edición en Legazpi (Guipúzcoa), con una etapa de 137 kilómetros en la que siete puertos de montaña aportaban dureza y garantizaban, con la ascensión a Deskarga a seis kilómetros del final, batalla en la lucha por general. La lluvia y el frío llegaron después, sobre el kilómetro 60, para endurecer más aún una jornada en la que Alberto Contador (Astaná) sumó su cuarta victoria de la temporada (tras dos etapas y la general de la Vuelta a Castilla y León) y alcanzó el liderato provisional de la Vuelta al País Vasco.

Todo se fraguó en Deskarga. Habían existido intentos de fuga, pero el Astaná se mostró intratable a la hora de controlar las diferencias. Se cazó a Mayoz (Karpin-Galicia) y Egoi Martínez (Euskaltel) a quince del final y comenzaba la carrera de los favoritos con un puerto por el medio. En esa última subida, Deskarga, arrancó Contador, vigente ganador de un Tour de Francia al que no podrá acudir por el veto de la organización a su equipo. Sólo Ezequiel Mosquera (Karpin) que había atacado anteriormente, fue capaz de seguir al de Pinto.

Sin miedo en el descenso

Contador, que en aficionados se curtió por las carreteras del calendario vasco, se lanzó por una carretera muy mojada, arriesgando en cada trazada, en busca de un triunfo que ya no se le escaparía cuando, a dos de la meta, soltó a Mosquera.

El madrileño entró solo en meta, con tres segundos de margen sobre Mosquera y ocho sobre el primer pelotón de los favoritos, en el que estaban Damiano Cunego (Lampre), Davide Rebellin (Lampre), Frank Schleck (CSC), Mikel Astarloza (Euskaltel-Euskadi), Ricardo Riccò (Saunier Duval-Scott) o el australiano Cadel Evans (Silence-Lotto). Una nueva ocasión de disparar al horizonte y señalarse a su patrocinador.

"Me he encontrado mejor de lo que yo esperaba", señalaba Contador en meta."Vengo a intentar ganar, pero esto no está hecho ni mucho menos. Ahora hay que estar adelante y muy atentos". País Vasco es una prueba en la que cada segundo es oro. Y el sol, también. "En la última ascensión a Deskarga iba tiritando", confesaba en meta Mikel Astarloza, del Euskaltel. Dureza adicional.

El gran favorito, según Matxín

Matxín, director del Saunier Duval-Scott, hacía el siguiente análisis: "Demostrar la superioridad que ha exhibido hoy en sólo dos kilómetros de ascensión significa que es, con diferencia, el hombre más fuerte y que a partir de ahora todos van a correr contra él". Su equipo, que ha ganado las dos últimas ediciones, ha metido hasta seis ciclistas en el grupo de cabeza.

Este martes, la prueba llega a Erandio, Vizcaya, tras 153 kilómetros y cinco puertos en el recorrido. Uno de ellos, Ixua, es de primera, aunque está lejos. Como siempre, una jornada nerviosa que fomenta el espectáculo.

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