La reciente noticia sobre el grave estado de salud del príncipe japonés Tomohito de Mikasa, quien hace unos meses reconoció sus graves problemas de alcoholismo vuelve a poner de actualidad el tema de las ovejas descarriadas de las familias reales.

El primo del emperador japonés es sólo un ejemplo de los numerosos integrantes de la realeza de todo el mundo cuyos comportamientos y hábitos privados no se ajustan a lo que, al menos en apariencia, cabría esperar de ellos.

El ejemplo más notable es el de Estefanía de Mónaco, cuya larga lista de amantes y novios es más larga que el árbol con sus ancestros genealógicos.

En Noruega y Dinamarca tampoco se quedan cortos. El príncipe Joaquín, hijo de la Reina Margarita, fue objeto de especulaciones por parte de la prensa mundial por su supuesta afición a la bebida. Y Marta Luisa de Noruega, casada con el polémico escritor Ari Behn, afirma que habla con los ángeles y tiene dotes curativas. Este extremo fue corroborado por la propia Mette Marit, princesa con un pasado por el que tuvo que pedir perdón públicamente en una comparecencia ante los medios de comunicación de su país.

Por si esto fuera poco, la hermana de Haakon Magnus, de profesión "cuentista"-es narradora de cuentos-, aceptó el año pasado un contrato para contar relatos eróticos. De su marido, Ari Behn, existen vídeos de juergas de alto voltaje en las que se consumía droga y se alternaba con atractivas mujeres.

Entre los Borbones no han faltado ovejas negras, y no sólo en siglos anteriores. Un caso similar  al de

Tomohito fue el del fallecido Gonzalo de Borbón, primo hermano del Rey a quien Carmen Hartó, una de sus mujeres, describe en Mi vida con Gonzalo de Borbón, risas y lágrimas al lado de un vividor,  como un alcohólico. Gonzalo, un hombre simpático y campechano, amante de la noche y de vender exclusivas a las revistas del corazón llegó a dejar de ser recibido por Don Juan Carlos, ya que como éste mismo dijo a Carmen Hartó, "cualquier cosa que le dijera aparecería publicada al día siguiente".

Alessandro Lequio, hijo de una prima hermana de Don Juan Carlos, Sandra Torlonia, y bisnieto, como el Príncipe Felipe, de Alfonso XIII, tampoco ha dejado el pabellón de los Borbones muy alto. Sólo hace falta recordar la escandalosa portada que el ex de Ana Obregón protagonizó en Interviú, donde aparecía completamente desnudo en la cubierta de un barco mostrando sus armas reales.

A Alessandro, que era recibido en Zarzuela cuando llegó a España de la mano de su entonces esposa, Antonia dell' Atte, ya sólo lo invitan a los funerales.