Diego Valderas entra en la sede del Partido Comunista de Córdoba lanzando besos a diestro y siniestro. Es temprano, tiene un acto después, y acaban de salir los resultados de las últimas encuestas.

Se le ve contento...

Las encuestas constatan que hay mucha población cansada de tanta mayoría absoluta. El «manolismo político» es un proyecto agotado.Y el cambio no puede venir de Arenas.

Así que de pinzas nada.

No. Cuando Chaves habla de pinza es un cuento chino.

Algunas encuestas no lo han pintado tan bien para IU.

Si el voto municipal se traduce a estas elecciones, sacaríamos 2 ó 3 diputados al Congreso y 11 en Andalucía.

Si hay necesidad de pacto, qué condiciones pondrán.

Si no hay un giro hacia la izquierda será imposible el acuerdo. Hay que cambiar el modelo económico.

¿Cómo?

Se ha creado riqueza pero se ha repartido mal. Ofrecemos una política fiscal distinta y no la pelea PSOE-PP de a ver quién quita más impuestos.

¿Algunas ideas?

Que pague más quien más posee y reciba más quien menos. Hay que dar más fuerza al impuesto directo; el indirecto iguala al poderoso con el débil. Con una hacienda más fuerte se podrá hacer mayor política social.

¿Y para los jóvenes que son los que más votan a IU?

Ellos tienen el problema de la emancipación, y ésta tiene un pilar que se llama vivienda. Tenemos previstas 290.000 en 5 años, gran parte dirigida a jóvenes. No te puede llevar más de un 25% del sueldo.

Y un registro para los propietarios de viviendas que no vivan aquí o no las usen.

Se ha hecho mucha vivienda pero no para resolver el problema. Sino como instrumento especulador. Es antisocial tener una vivienda cerrada. Hay que poner impuestos en estos casos.

¿Tiene segunda vivienda?

No, tengo un piso de 150 metros cuadrados y tres hijos.

Y sus hijos irán a la escuela pública...

No podría ser de otra forma. Apuesto por una educación pública, laica y gratuita. Y eso necesita más inversión .

¿Eliminaría la concertada?

Tenemos un objetivo pero reconocemos una realidad y trabajaremos porque se reduzca. Aunque hay determinadas concertadas que se acoplan bien al modelo público, que son cooperativas.

Las ofertas electorales están subiendo mucho.

Como sigan así alguna de las grandes fuerzas dirá eso de «al que me vote le regalo un jamón». Están jugando con la mayoría de edad electoral.

¿Se ve de diputado por Huelva?

Claro. En las pasadas elecciones perdimos por el trágico 11-M. Eso se ha superado. No tengo contemplada la posibilidad de no salir.

¿Qué pasa en Sevilla?

IU es una fuerza política muy plural, diversa, llena de corrientes que son tan rabiosamente democráticas que hacemos que la militancia vote. Yo podía haber decidido en la asamblea haber ido por Sevilla. Pero he puesto por delante el proyecto colectivo a la ambición individual.

Eso no significa que Sevilla no le apoye.

No, por dios. Hubiera podido ser el más votado en Sevilla, pero me movía más que la gente de Sevilla encontrara su punto de equilibrio.

Pero IU puede dar una imagen de división…

Es que es así como somos. Tan claritos y tan transparentes que resulta que lo hacemos todo en el patio de casa, a la vista. Nunca hacemos nada dentro de la habitación más oscura de nuestro proyecto político como el PP y el PSOE.

¿El votante lo agradece?

Sí, si uno le dice al votante como es de verdad. Dicen que usted se lleva bien con todo el mundo Y es cierto.

Ser así tendrá ventajas, y también algún inconveniente...

Las dos cosas, pero yo tengo una natural forma de ser, como catetillo de pueblo que es uno, y sé separar el debate político del cariño personal.