Pese a ser bien visibles por su tamaño y su color amarillo, los buzones no son fáciles de encontrar en Oviedo. En la zona urbana del concejo se cuentan 38, según datos de Correos. Como en la ciudad hay alrededor de 500 vías urbanas un ovetense puede recorrer hasta trece calles, o más de cuatro manzanas, para echar una carta.

Esta escasez de buzones, unida al cierre de la oficina de León y Escosura y al traslado temporal de la sede principal de Correos del edificio de La Jirafa a la calle Santa Susana provoca, según denuncia UGT, muchas quejas de los usuarios.

Se pueden juntar hasta cien personas esperando turno en la oficina provisional y las colas salen a veces a la calle. Para las recogidas, dos puestos deben repartir hasta 800 envíos en un día de mucho trabajo.

Según Correos, las obras de la oficina de La Argañosa terminarán en tres semanas y en poco más entrará de nuevo en servicio. Pero el sindicato asegura que en la sede central la reforma acumula un retraso de cuatro meses y que debería haber abierto esta misma semana.

Cuando se deposita la misiva, el seguimiento está garantizado. Oviedo es una de las ciudades que cuentan con un sistema informático para seguir las cartas que hay en cada buzón y saca.