Una avería en la infraestructura principios de este mes dejó la estación de Sol sin Cercanías durante casi cuatro horas, provocando grandes retrasos en varías líneas que confluyen en el intercambiador. La situación, por desgracia, no era nueva para los 638.000 pasajeros que usan de media a diario este transporte público, muy criticado en los últimos meses por sus continuas demoras. Solo en lo que llevamos de mes Cercanías Madrid ha anunciado a través de su cuenta de Twitter más de 70 incidencias (sin contar causas ajenas como el vandalismo o la atención a algún viajero) que provocaron retrasos que afectaron a la mayoría de la líneas. Los dos únicos días sin demoras fueron el domingo 10 y el martes 19 de diciembre.

Las incidencias en el servicio suelen estar relacionadas con averías en las vías y fallos en los trenes. Estos contratiempos generan demoras en los viajes de entre cinco y quince minutos. También los usuarios han criticado mucho el estado de las estaciones, donde es frecuente que no funcionen las escaleras mecánicas. A esto habría que añadir que el 80% de las estaciones de la red no es plenamente accesible, como ha denunciado la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA). El ejemplo más claro es la estación de Atocha, que carece de ascensores desde el exterior hasta el nivel de los tornos y el de andenes.

"Cada vez que voy con el carrito y tengo que usar el Cercanías es una odisea", protesta María, madre de un bebé de un año que espera paciente en Sol junto a una amiga la llegada del tren. "Suelo encontrarme con demoras últimamente", asegura Julián, usuario de la C-3 (El Escorial-Aranjuez). Neda, por su parte, estudiante y habitual de la C-5 (Humanes-Móstoles), "una línea con constantes retrasos", denuncia el estado de las escaleras mecánicas del intercambiador de Méndez Álvaro: "La mayoría de las veces no funcionan".

Desde el colectivo especializado en transporte público Ecomovilidad sostienen que hay dos motivos fundamentales para entender el deterioro del servicio. "Los fallos que se están produciendo en el material móvil se deben a que no existe un mantenimiento adecuado de las infraestructuras por la falta de inversión", explica un portavoz. "Los recortes de los últimos años han afectado claramente a las revisiones de media vida de los trenes", añade.

En este sentido, la presidenta regional, Cristina Cifuentes denunció la semana pasada que el plan de mejora de las infraestructuras ferroviarias de Cercanías para Madrid 2009-2015 diseñado por el Gobierno del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011) "no se llegó a poner en marcha". "No se llegó a concretar ni una sola de las inversiones", afirmó Cifuentes. El proyecto contemplaba una inversión total de 5.000 millones de euros, de los cuales 780 se destinarían a la mejora de la red.

"El otro problema es la configuración de la infraestructura. El hecho de que el servicio comparta vías con trenes regionales y de mercancías provoca que una sola incidencia afecte al resto", indican desDde Ecomovilidad. Especialmente conflictivo es el tramo entre Atocha y Chamartín. Desde Renfe siempre han negadoque los retrasos sean tan frecuentes, aunque han reconocido las limitaciones de la infrestructura. Según datos de la compañía, la puntualidad del servicio de Cercanías en Madrid fue del 96,3% en 2016.

Ante esta reiteración en las incidencias el Ministerio de Fomento ha anunciado que en marzo 2018 tendrá listo un plan de mejoras. Además, el Consejo de Ministros ha aprobado este mes de diciembre el listado de servicios ferroviarios declarados como obligaciones de servicio público (OSP), en los que el Estado garantiza su prestación a través de la financiación de su déficit de explotación. Esto supone que el Gobierno destinará casi 203 millones de euros anuales a mejorar los servicios de Cercanías de Madrid, especialmente en las líneas Móstoles-Humanes (C5) y Coslada-Madrid (C2 y C7).