Este lunes a las diez de la mañana se retoma el juicio por la supuesta violación grupal de Sanfermines. La sesión será la primera abierta al público, después de nueve jornadas a puerta cerrada. La sala destinada a la lectura de los alegatos finales es la más grande del edificio, y dispone de 70 sillas para el público general, que ocuparán mayoritariamente los medios de comunicación.

Fuentes de la Audiencia han confirmado que ningún famiar, ni de la denunciante ni de los acusados, ha ejercido su derecho de pedir una plaza en la bancada destinada al público, pese a que tienen preferencia. De este modo, las 70 sillas serán, 46 para la prensa acreditada para seguir el juicio y 24 para los primeros que acudan el mismo lunes, porque las acreditaciones se darán por orden de llegada.

Algunos juristas y abogados han solicitado poder acceder como público a la sala, pero no se ha reservado plaza a nadie para garantizar que, salvo la prensa, las butacas se repartan por orden de llegada.

El orden de las comparecencias marcado por el tribunal es el que se suele seguir en todos los juicios, explican las fuentes consultadas. Primero será el turno de la Fiscal, después el de las acusaciones. Para el martes queda reservado el turno de las defensas de los acusados, que estarán presentes en el Palacio de Justicia, dado que podrán ejercer al final su derecho a la última palabra.

El Tribunal ha prohibido el uso de móviles, tabletas y ordenadores en el interior de la sala, para garantizar que no se graban las descripciones que hagan la fiscal, las acusaciones ni la defensa sobre los hehos ocurridos en Sanfermines de 2016.