No es raro que en Alemania se localicen artefactos explosivos de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría procedentes de la RAF británica o de las Fuerzas Aéreas de EE UU, que en algunos casos se traducen en evacuaciones de un gran número de personas. Sin ir más lejos, el pasado 3 de septiembre más de 60.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en Frankfurt por un bomba británica de 1,4 toneladas.

Por eso un ciudadano de 81 años de la ciudad de Bretten, que además por su edad aún tiene el conflicto en la memoria, dio la alerta cuando encontró lo que pensó que se trataba de un obús que no había detonado en su jardín.

Las autoridades acudieron prestas a retirar el hallazgo, y en un primer momento también creyeron lo mismo que el anciano: "realmente parecía una bomba", han asegurado a Associated Press.

Pero lo que se encontraron fue algo muy distinto y, desde luego, menos peligroso. Aquello que había semienterrado con forma de bomba era un calabacín de unos cinco kilos y medio metro de color muy oscuro.

La policía alemana cree que alguien puedo lanzarlo al jardín por motivos que se desconocen.