Francisco Javier R.B., de 31 años, acusado de matar a Agueda G., de 21 años, en un monte del municipio pontevedrés de Baiona, se mostró "arrepentido" y aseguró que su intención el día del crimen no era matar a la joven, dijo ejerciendo su derecho a la última palabra.

Previamente a esta última declaración del acusado, que durante la vista oral sólo se le escuchó a preguntas de la defensa, los psicólogos forenses que le examinaron negaron que el joven tuviera una patología mental, aunque sí explicaron que padece un trastorno "antisocial" de la personalidad, que va asociado a un patrón de comportamiento "propio de los delincuentes", pero que, independientemente de esto, sabe distinguir "el bien del mal".

"Sabe perfectamente lo que hace, lo que hizo y que pudo haberlo evitado", subrayaron los expertos, quienes agregaron que, aunque no tiene capacidades intelectuales como la media, tampoco es deficiente.

Con respecto a las calificaciones finales, el Ministerio Fiscal y la acusación particular mantienen la misma petición inicial de pena de cárcel de 20 años, por un delito de asesinato con alevosía, ya que la joven Agueda no tuvo posibilidades de defenderse por lo alejado del monte como por la fuerza física del agresor, indicaron.

La defensa sostiene cinco años de cárcel por un delito de homicidio, pero ha retirado la eximente completa de inimputabilidad, aunque mantiene los atenuantes de confesión, arrebato y colaboración. También pide la eximente incompleta por enajenación mental transitoria.

Esta tarde, el jurado popular, comenzará a deliberar el objeto de veredicto.

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