El popular diseñador acudió a Barcelona para dar apoyo a una asociación de lucha contra el sida, un problema que él bien conoce ya que, según explicó, "tengo más de 40 amigos que lo padecen". Su repudio a dicha enfermedad y su carácter supersticioso quedaron patentes, ya que en ningún momento la mencionó con su nombre, sólo se limitó a denominarla como "esta porquería".

Pero no fue sólo del sida de lo que habló Paco Rabanne. También habló de Doña Letizia. Hace algunos meses ya comentó que el vestido que la Princesa había lucido en su boda no le había gustado. Esta vez comentó que "esta crítica sentó muy mal y desde entonces casi ni me habla".

Lejos de mostrarse precavido, en esta ocasión aseguró que las últimas veces que ha visto a la Princesa de Asturias ha sido por televisión y "da miedo, esta chica está anoréxica". Añadió además, haciendo gala de su legendaria ironía, que "debe ser que en la familia en la que está no le dan de comer". Rabanne, excéntrico donde los haya, no moderó sus palabras de nuevo. No le preocupa demasiado volver a molestar a Letizia.

En cambio, al ser preguntado sobre la separación de los duques de Lugo, salió en su defensa y exigió respeto hacia las familias y explicó que en Francia hay leyes que protegen a los ciudadanos del acoso mediático.