Un exempleado del Grupo Cursach ha afirmado ante el juez Manuel Penalva que vio una fotografía de contenido sexual del expresidente del PP de Palma José María Rodríguez en la que aparece con "numerosas chicas desnudas" durante una fiesta en la finca de Puntiró.
Se trata de un testigo protegido en la causa que investiga la presunta trama corrupta dentro de la Policía Local. El exempleado manifestó "absoluta seguridad" al realizar estas declaraciones y detalló que "era evidente" que la fotografía se realizó sin que Rodríguez se percatara de ello.
Estas fiestas habrían tenido lugar en la época en la que el cabecilla de la trama, el empresario Bartolomé Cursach, se construía la casa de Puntiró. Además de esta casa había una construcción más pequeña que llamaban Sa Caseta y que se utilizaba para la celebración de las fiestas, "algunas de ellas auténticas orgías", según el testigo.
Coacciones a clientes
El testigo también ha relatado que en Tito's el director de la discoteca, Jaime Lladó, "se encargaba de colar" prostitutas en la sala para, de manera clandestina, obtener fotografías de los clientes con las chicas. El empleado sospecha que el objetivo era utilizarlas para coaccionar a los fotografiados.
El declarante también ha corroborado las denuncias de otros testigos sobre que se preparaban fiestas con alcohol, cocaína y sexo para "tener contentos" a un determinado grupo de policías locales. De hecho, precisó que Lladó "alardeaba de esto".
Refuerza declaraciones anteriores
En el mes de junio, otra testigo aseguró que los lunes se organizaban partidas de póker en Puntiró con Cursach y otras personalidades, y que al final de la partida "se celebraban auténticas bacanales".
Rodríguez acudía a estas fiestas con el diputado autonómico Álvaro Gijón, también imputado, y sometían a las chicas "a vejaciones" e incluso "se les obligaba a consumir drogas", explicó la testigo.
Esa misma persona declaró ante el juez que tanto Gijón como Rodríguez no pagaban a las chicas, porque eso dependía del propio prostíbulo al que acudían. Lo que sí hacían los políticos, según esta versión, era "llamar a alguien para pedir droga, y se la traían".
La declarante afirmó que Gijón "seleccionaba a las chicas" y exigía que tomaran cocaína, y que quien se negara "no entraba con él". Las que lo hacían estaban "días enteros sin salir del piso", mientras que Gijón "alguna reunión de la policía la hacía por teléfono desde la casa" y cuando se cansaba "llamaba al chófer y se iba".
El propio Álvaro Gijón negó en su momento estas acusanciones: "Jamás he tomado drogas". Aseguró estar "tranquilo y con la conciencia limpia, porque nada de lo que se ha dicho es cierto".
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