Joaquín Sabina vuelve a brillar en el WiZink Center de Madrid

  • Sabina comenzó la primera de sus cuatro fechas en la capital con los ojos vidriosos, una sonrisa eterna y una conexión especial con la ciudad.
  • Hubo mención a Krahe, a Leiva y Joaquín Prado y a Chavela Vargas, entre otros.
  • La retirada puede estar al caer. O puede que el viejo trovador nos vuelva a engañar.
El cantautor Joaquín Sabina comenzó el miércoles la primera de sus cuatro fechas en la capital.
El cantautor Joaquín Sabina comenzó el miércoles la primera de sus cuatro fechas en la capital.
JORGE PARÍS
El cantautor Joaquín Sabina comenzó el miércoles la primera de sus cuatro fechas en la capital.

No tardó ni 5 minutos en quitarse el bombín en señal de respeto ante la abarrotada y entregada audiencia del WiZink Center de Madrid. El pasado miércoles, Joaquín Sabina comenzó la primera de sus cuatro fechas en la capital con los ojos vidriosos, una sonrisa eterna y la conexión que solo puede tener un hombre que ama esta ciudad.

"Nunca suelo mirar cuando son los conciertos, pero estas fechas en Madrid las teníamos grabadas a fuego", aseguraba el cantautor con un tono melancólico, que quizás sonara a pronta despedida.

A pesar de que la edad no perdona, Sabina continúa en una forma que impresiona, aunque los temas de su último disco, Lo niego todo -que cantó al principio del recital- no llegaron al respetable con la fuerza de los grandes clásicos.

Hubo mención especial a muchas de las personas que han acompañado al de Úbeda en toda su carrera: el "maestro" Javier Krahe,; Benjamín Prado y Leiva, coautores de Lo niego todo; o Chavela Vargas, su gran musa y de la que todavía se notaba su presencia al interpretar En el bulevar de los sueños rotos. 

La banda a la que Sabina llama "su familia", contiene entre sus filas a algunos de los mejores músicos del país y eso se nota. Mención especial a Pancho Varona, fiel partenaire del poeta -que recibió, según publicaba horas después, una de las mayores ovaciones de su carrera-, la cantante Mara Barros, que defendió con elegancia su papel y supo cubrir al cantautor cuando sus fuerzas le pedían un descanso; y Antonio García de Diego, pianista, guitarrista y clásico entre los clásicos dentro del mundillo.

No paró de dar abrazos a sus compañeros en el escenario, de agradecer cada gesto de sus seguidores y de brindar por su pasado y su presente. Da la impresión de que la retirada puede estar al caer cuando termine esta gira. O puede que el viejo trovador nos vuelva a engañar y tenga cuerda para rato.

Como cantó en Viví para cantarlo: "Superviviente, sí, ¡maldita sea!, nunca me cansaré de celebrarlo". Celébralo mil años más maestro, y que nosotros lo veamos.

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