Los delitos de odio, especialmente contra los musulmanes británicos, han aumentado considerablemente tras el último atentado terrorista en el puente de Londres, que se saldó finalmente con 8 víctimas mortales.

Así lo puso en evidencia la semana pasada en un comunicado el alcalde de Londres, Sadiq Khan. Los datos provisionales de la Policía mostraban que el lunes 5, dos días después del ataque, se registraron hasta 54 incidentes racistas, cuando la media diaria en lo que va de año es de 38. Dentro de los casos reportados ese día, las agresiones islamófobas fueron 20, cuando el promedio diario este año es de 3,5 incidentes de este tipo, según ha publicado el diario británico Evening Standard.

Se trata de un aumento mayor al que se registró tras el asesinato del soldado Lee Rigby en mayo de 2013 o los atentados de París de noviembre de 2015.

Esta tendencia la confirma también el proyecto Tell Mama, que recoge todas aquellas denuncias por delitos de odio contra musulmanes en el Reino Unido. A esta organización llegaron, entre el domingo y el martes después del atentado, hasta 63 incidentes por delitos de odio, según recoge el diario The Guardian.

Tras el ataque de Mánchester, ocurrido el 22 de mayo, Tell Mama registró hasta 141 denuncias por estas agresiones, lo que supuso un aumento del 500%. A la semana siguiente, los delitos de odio cayeron hasta los 37 al día para, tras el atentado en el puente de Londres, aumentar bruscamente hasta los 63 incidentes.