Un 24% de los adolescentes gallegos necesita gafas o lentillas por abusar de las nuevas tecnologías

  • SANTIAGO DE COMPOSTELA, 6 (EUROPA PRESS)
Un hombre usando su teléfono móvil.
Un hombre usando su teléfono móvil.
EUROPA PRESS
Un hombre usando su teléfono móvil.

Un 24,3 por ciento de los adolescentes gallegos y niños menores de 16 años necesita corrección optométrica -usar gafas o lentes de contacto graduadas- por padecer en su gran mayoría miopía y astigmatismo, y en algunos casos hipermetropía, por el abuso de las nuevas tecnologías.

Así lo avisa el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, que destaca que ha registrado 406.015 hojas de interconsulta desde el inicio del convenio 'Ollo cos Ollos' firmado con la Consellería de Sanidade en el año 2007.

Según explica la entidad colegial, el protocolo permite que el médico o pediatra de Atención Primaria derive las revisiones visuales a un óptico-optometrista mediante una hoja de interconsulta.

En 2016 se registraron 54.117 interconsultas nuevas en toda Galicia y el reparto por provincias suma 25.849 en la de A Coruña; 5.193, en Lugo; 1.959, en Ourense; y 21.116, en Pontevedra.

El Colegio profesional de ópticos gallegos destaca que el sistema visual "está diseñado anatómicamente para trabajar en visión lejana y, de forma ocasional, en visión próxima". Así, concreta que "la distancia de visión próxima es aquella en la que se puede trabajar cómodamente con las manos a unos 30-50 centímetros de los ojos".

"Mirar de cerca durante mucho tiempo supone un esfuerzo y puede provocar molestias. Nuestros ojos están hechos para ver de lejos y ocasionalmente de cerca", según explica el presidente de la entidad colegial gallega, Eduardo Eiroa.

DISPOSITIVOS ELECTRÓNICOS

El uso prolongado de los dispositivos electrónicos -smartphones, tabletas, ordenadores, videojuegos, e-books y otros- reclama un esfuerzo visual para el que, según Eiroa, "no estamos preparados". Además, añade que con los teléfonos se da el caso de la "visión ultrapróxima", ya que debido al tamaño de las pantallas es habitual que se sitúen a apenas 10 centímetros de distancia de los ojos.

Por ello, según sostiene Eiroa, aproximadamente un 75 por ciento de los usuarios de dispositivos electrónicos "padecen el denominado síndrome de fatiga visual".

Sus síntomas son las molestias oculares -tensión, pesadez de ojos, picores, quemazón, necesidad de frotarse los ojos, somnolencia, escozor ocular, aumento del parpadeo-, los trastornos visuales -dificultad al percibir los caracteres en las pantallas, visión borrosa al mirar de lejos, diplopia (visión doble)-, y síntomas extraoculares -cefaleas, vértigos y sensaciones de desasosiego y ansiedad, además de molestias en la nuca y la columna vertebral-.

Para evitar o minimizar los problemas que pueden causar estos dispositivos en la visión, los profesionales ópticos recomiendan limitar su uso -en el caso de menores de diez años es recomendable limitar su uso al máximo-, "no utilizarlos a oscuras, procurar que la pantalla y los caracteres sean lo más grande posibles para utilizarlos con comodidad y que el contraste y los colores entre el texto y el fondo resulte cómodo", según matizan las mismas fuentes.

En caso de que aún persistan molestias oculares, el Colegio de Ópticos recomienda que "lo ideal es acudir a un profesional para que ayude al paciente a evitar o atenuar las molestias".

Además, las pantallas de estos dispositivos, según advierten estos profesionales, "se iluminan constituyendo una fuente de luz led, lo cual supone una gran desventaja, ya que normalmente tener la mirada puesta en una fuente de luz directa causa fatiga visual".

"Al tener la pantalla iluminada, muchas personas leen a oscuras provocando un estrés visual innecesario", según explica el presidente de la entidad colegial. "Y, en concreto, en menores de diez años se aconseja limitar su uso al máximo", segun concluye.

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