Jon Platt, un ciudadano británico, viajó a Florida junto a su hija en abril de 2015 para visitar Disney World, saltándose así la opinión del colegio, que no estaba de acuerdo con la idea y se negó a pagar la multa de 150 libras (175 euros) que le impusieron, siguiendo las normas de la isla de Wight donde reside la familia.

Este jueves, dos años después de aquella disputa, el Tribunal Supremo de Gran Bretaña ha fallado a favor del centro educativo, situado en la isla de Wight, y ha obligado al padre a pagar una multa de unos 70 euros por llevar a su hija de vacaciones en días lectivos y sin el consentimiento del colegio a pesar de que alegó que la pequeña había asistido al 90% de las clases.

Los británicos han sido testigos de las disputas mediáticas de las dos partes a lo largo de este tiempo. La vicepresidenta del Supremo, Brenda Hale, ha explicado que estas ausencias son perjudiciales tanto en el desarrollo del niño como en el de sus compañeros. "Si un padre decide llevarse a los niños cuando quiera, otros también pueden", ha añadido según recoge The Guardian.

"Cualquier sistema educativo espera que la gente cumpla las reglas". La sentencia pretende ser ejemplarizante porque, de acuerdo con Hale, "es injusto para aquellos que sí obedecen".

La postura del padre, no obstante, había contado con el respaldo de los tribunales locales, pero el Supremo ha dictaminado que la responsabilidad cae en manos de la escuela.