El juez que instruye el caso del accidente del tren Alvia de Santiago de Compostela ha citado a declarar como imputado -ahora, investigado- al que fuera director de Seguridad en la Circulación del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) Andrés Cortabitarte por su posible responsabilidad en la muerte de 80 personas en el descarrilamiento ocurrido el 24 de julio de 2013. La vista tendrá lugar el próximo 22 de marzo.

Andrés Lago, titular del juzgado de Instrucción número 3 de la ciudad gallega, cree que Cortabitarte podría ser responsable de los delitos de homicidio y de lesiones por imprudencia grave, ya que "no cumplió" con su obligación de minimizar los riesgos en la curva de A Grandeira, donde se produjo el siniestro.

A pesar de que ese peligro era "evidente", de que había sido detectado tanto por las constructoras como por la consultora Ineco y de que la evaluación integral de seguridad era preceptiva, el magistrado sentencia que "nada se hizo".

"Todos han cumplido con su deber excepto quien, en última instancia, tenía la capacidad de decidir cómo gestionar el riesgo de descarrilamiento en curva por exceso de velocidad que finalmente fue la causa directa e inmediata del resultado", zanja Lago en relación a Adif y a Cortabitarte, de acuerdo al auto con fecha 10 de marzo que adelantó este lunes la agencia Europa Press.

Andrés Cortabitarte, hoysubdirector de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Adif, encabezaba el área de Seguridad cuando el Ministerio de Fomento, dirigido por el socialista José Blanco, aprobó la modificación del proyecto del AVE Madrid-Santiago. También fue la persona que autorizó la desconexión del sistema ERTMS, tecnología capaz de regular la velocidad del tren de forma automática y que habría impedido el accidente, pero del que se prescindió por problemas de compatibilidad.

A pesar de que llegó a estar imputado en el caso, Cortabitarte se acogió a su derecho a no declarar. La Audiencia Provincial le exoneró después, aunque recalcó que, de existir responsabilidades más allá del maquinista, el director de Seguridad quedaría directamente concernido, al ser la persona que certificaba la idoneidad de la vía y del propio tren.

Cortabitarte ya estuvo imputado por la muerte de un maquinista cuyo tren chocó contra otro por un fallo en la señalización en Ávila en 2010, aunque fue exculpado. Además, trabajó como perito del accidente del Metro de Valencia de 2006, donde murieron 43 personas.

El juez Lago cerró las pesquisas por el accidente del tren de Santiago en enero de 2016 con el maquinista del convoy, Francisco José Garzón Amo, como único acusado y responsable de la distracción que produjo el exceso de velocidad que provocó el desarrilamiento en A Grandeira, junto al barrio compostelano de Angrois.

La Audiencia Provincial ordenó la reapertura de la instrucción cuatro meses después, obligando al juzgado a determinar si existió una "evaluación integral del riesgo de la línea", si hubo informes que alertasen de la peligrosidad del trazado y por qué se transfirió la gestión de ese riesgo al maquinista o a Renfe, el operador, cuando la construcción dependía de Adif.

La Agencia Ferroviaria Europea (ERA, por sus siglas en inglés) determinó a continuación que la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), el órgano del Ministerio de Fomento que examina este tipo de casos por la vía administrativa, carecía de la independencia necesaria para resolver las dudas, lo que empujó a la Asociación de Víctimas del Alvia 04155 a exigir una nueva investigación.

La CIAF, en la que participan Renfe, Adif y el propio Ministerio de Fomento, había concluido que el único culpable del siniestro era el maquinista. La imputación de Andrés Cortabitarte contradice ese planteamiento.