Tres de los responsables de proponer en los años setenta un "nuevo orden mundial erótico" que se alejara de la exhibición explícita del cuerpo de las mujeres en las revistas dedicadas a comerciar con los diversos grados de la pornografía, exponen juntos en Nueva York. La muestra Three Masters of Erotic Photography (Tres maestros de la fotografía erótica) reúne las series más conocidas de Sam Haskins (1926-2009), el japonés Kishin Shinoyama (1940) y el francés Francis Giacobetti (1939).

La muestra procede de una colección privada de fotos eróticas, una de las más importantes del mundo, reunida durante décadas por el editor alemán Walther H. Schünemann. Tras la muerte del coleccionista, las copias permanecieron almacenadas durante cinco décadas sin que nadie se percatara del contenido de las cajas donde estaban guardadas. Ahora, el hijo del coleccionista ha decidido exhibirlas y ponerlas a la venta.

No se trata de desnudos al uso, explícitos o retratados según los estereotipos de lo pornográfico, ni siquiera en el almibarado estilo que difundió el mensual Playboy, sino de visiones artísticas en las que hay sugerencia, voluptuosidad, belleza y erotismo, pero nunca mal gusto. Los tres fotógrafos eran, cada uno en sus respectivos países, los mejores en el llamado retrato erótico artístico.

La cita neoyorquina, en la galería Steven Kasher del 23 de febrero al 15 de abril, es la segunda que protagonizan juntos Haskins, Shinoyama y Giacobetti, que ya habían coincidido en 1970 en la exposición en Colonia (Alemania) Vier Meister der erotischen Fotografie(Cuatro maestros de la fotografía erótica), en la que les acompañó el inglés David Hamilton (1933-2016), que ahora se cae del cartel, quizá por las acusaciones de abusar de algunas de sus modelos, entre ellas menores de edad.

La muestra alemana despertó el habitual debate sobre los límites entre erotismo y pornografía, aunque estaba bastante fuera de lugar dado el matiz artístico de las fotos. Otra cuestión es la cosificación de las mujeres y la explotación de la sexualidad femenina como materia comercial.

Desde la galería de Nueva York opinan que no ha lugar al debate, porque Haskins, Giacobetti y Shinoyama, que nunca disimularon que se dedicaban a la fotografía erótica —fueron los más influyentes y una referencia en la materia en sus países— fueron los actores de "una revolución en los desnudos fotográficos artísticos, al rechazar los clichés de Playboy, evitando los modelos escultóricos y las poses estereotipadas que se pueden encontrar en las publicaciones de la época".

Desde la galería recuerdan lo que declaró sobre la polémica el más famoso y premiado de los tres, Haskins —"eran muchachas verdaderas y vivas que se estaban divirtiendo"— y opinan que el trío de fotógrafos "ayudaron a introducir un nuevo orden mundial erótico" y "despertaron el interés en el florecimiento de la revolución sexual de los años sesenta". Añaden que la exposición "ilumina las ansiedades contemporáneas que rodean a las feministas y al feminismo".

De cada uno de los tres artistas se muestran fotos de sus series más conocidas: Cowboy Kate, editada por Haskins en 1965, donde el fotógrafo juega con el encuentro entre la estética del Lejano Oeste y la piel femenina desnuda; de Shinoyama hay imágenes de Twin, donde juega con la interacción entre dos cuerpos de mujeres, y de Giacobetti se exponen algunos de los sugerentes retratos que hizo a la actriz y cantante Jane Birkin.