Unas 250.000 personas están afectadas en España por el síndrome de Diogenes, el 3% de la población mayor de 65 años, según las cifras que manejan expertos médicos en este trastorno mental de tipo acumulativo, como los que trabajan en la Unidad de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge,  de referencia en trastornos de este tipo.

A raíz de la denuncia realizada por la Síndica de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, el pasado mes de diciembre, alertando de una actuación municipal "lenta y poco adecuada" ante casos de síndrome de Diógenes en la ciudad (solo en 2016 la síndica recibió cuatro quejas muy graves), fuentes de la Tinència de Serveis Socials del Ajuntament explicaron a 20 Minutos que están mejorando protocolos.

Estas indicaron que el consistorio está llevando a cabo, por un lado, un estudio con la Universitat de Barcelona (UB)  para identificar posibles "mejoras para responder antes a esta problemática" y mejorar los protocolos de respuesta. Y, por otro, está trabajando para hacer una guía con todos los profesionales de Serveis Socials para poder "anticiparse, detectar y mejorar la respuesta" ante los casos graves de trastorno acumulativo compulsivo que se den en cualquier comunidad de vecinos de Barcelona.

El síndrome de Diógenes es solo una parte y la manifestación más visible de una enfermedad mental más compleja y con muchas más aristas. Hay conductas acumuladoras vinculadas a trastornos mentales graves y otras no. Cada caso es un mundo, recuerdan los especialistas médicos.

Actualmente, a nivel municipal, los servicios de inspección de los 10 distritos trabajan conjuntamente con la Guàrdia Urbana, Serveis Socials y los servicios sanitarios para visitar las viviendas o espacios donde se está produciendo una conducta acumulativa perjudicial para el afectado y para la comunidad. Esta tarea tiene ante todo un propósito preventivo, indican las fuentes consistoriales.

Cuando un caso grave llega al Ajuntament y se tiene constancia de que afecta al vecindario y que éste ha interpuesto ya denuncias, se activa el protocolo de actuaciones y se coordinan las mismas para ver de qué manera se puede intervenir para solucionar el problema. Desde el Ajuntament consideran que la mejor forma de actuar es "hacer siempre un buen acompañamiento" de la persona afectada de Diógenes para prevenir que su comportamiento "se cronifique" ni empeore con el tiempo. Aquí juegan un importante papel tanto "la atención social como la domiciliaria".

Si el caso afecta a la salud pública (olores, plagas, peligro de incendio) se ha de disponer de una autorización judicial para entrar en el domicilio en cuestión. Este punto es el que alegan desde el consistorio como causante de que muchas de estas intervenciones "se alarguen en el tiempo" más de lo deseado.

Desde el Col·legi d'Administradors de Finques de Barcelona-Lleida no disponen de un registo de casos gestionados por sus asociados en Barcelona, y que estos son poco frecuentes. Pero que cuando se producen son difíciles de gestionar. El gerente del colegio, Lorenzo Viñas, confirma que su gremio no cuenta con un protocolo específico de actuación para las problemáticas causadas por el síndrome de Diógenes en el seno de una comunidad de vecinos. Pero que siempre se detectan a partirde exponerse en la junta de propietarios.

El proceso ordinario pasa por comunicarlo a los servicios sociales y localizar a familiares del afectado a través de los propios vecinos.

En 38 años de profesión, Viñas solo se ha encontrado con dos casos. En uno de ellos, "pasaron años hasta que el problema pasó a ser de unos pocos vecinos afectados a una cuestión comunitaria" con malos olores e insectos en la escalera a causa de la gran cantidad de basura que acumulaba el inquilino con  Diógenes.

En base a su experiencia, Viñas afirma que si el conflicto no es muy grave "la administración suele ser más lenta en actuar". La vía judicial se tiende a descartar por parte de las comunidades por el tiempo que implica y por el desembolso económico que hay que realizar. En cambio, el Ajuntament "tiene más facilidad para acudir a la vía judicial", comenta.

En este sentido, cuando el caso queda en manos municipales, los administradores de la finca implicada hacen un seguimiento del proceso y "se personan en las inspecciones" de la finca, pudiendo llegar a hablar con los inspectores a pesar de que no tengan acesso ni a detalles ni a los datos privados del vecino con Diógenes, por su carácter confidencial y privado.

El pasado mes de octubre, el Colegio de Administradores de Fincas de Madrid (CAF Madrid) estrenó una asesoría social de atención a sus colegiados. La gran mayoría de las consultas recibidas (un 60%) fueron sobre vecinos con el síndrome de Diógenes.

Los trabajadores sociales que actúan en estos casos, se encuentran con personas que acumulan objetos recogidos de la calle en sus casas o que bien generan basura en el domicilio y no la sacan. Acostumbran a encontrarse con más hombres que mujeres, que cumplen el perfil de gente mayor de 65 años que no tienen relación alguna con la familia, porque son viudos o solteros o porque tenían conflictos.

La principal diferencia entre un afectado por el síndrome de Diógenes y un acumulador compulsivo es que estos últimos "conceden a los objetos que guardan un significado". Según un estudio realizado por el Hospital de Bellvitge, se considera un "problema" cuando más de dos tercios del espacio habitable de la vivienda está destinado a los objetos.