En un intento de frenar el cambio climático y de cuidar el planeta, gobiernos e industria están impulsando el uso de coches eléctricos. Con esa finalidad, tanto su fabricación como su compra tienen ayudas públicas. Es una decisión eco… lógica. Pero esos apoyos podrían extenderse a otros sectores. Por ejemplo, ¿podría la vivienda eficiente tener las mismas ayudas que el coche eléctrico?

Es justo lo que han reclamado los promotores inmobiliarios al Gobierno: ayudas y apoyo para fomentar la construcción de viviendas eficientes similares a las que actualmente ya se articulan para fomentar el coche eléctrico. "La eficiencia energética de las viviendas debe ser una de las nuevas banderas del sector", aseguró el presidente de la patronal de promotores APCE, Juan Antonio Gómez-Pintado. Pero para ello, asegura, “necesitamos la ayuda de las administraciones”.

Lo explica el consejero delegado de la consultora Irea, Mikel Echevarren: “Si al comprar un coche eficiente pago menos impuestos, los promotores que construyan viviendas eficientes y quienes las compren deberían soportar también una menor carga impositiva", indicó de su lado el consejero delegado de la consultora Irea, Mikel Echevarren. “Necesitamos un empujoncito como el que se está dando al coche eléctrico", añade.

Se trata además de un producto que demandan los ciudadanos, según el consejero delegado de Neinor Homes, Juan Velayos. "En esta nueva etapa, el sector inmobiliario pivota sobre la demanda, sobre lo que pide el cliente, y los compradores quieren viviendas sostenibles y que ahorren energía", aseguró. "Además, al final, en su conjunto, el comprador de una vivienda eficiente compensa con creces con lo que se ahorra en energía lo poco más que paga de precio por un piso sostenible", afirma el presidente de Insur, Ricardo Pumar, quien además garantiza que promover este tipo de pisos "no resulta mucho más caro".

Estas y otras opiniones se han escuchado en el Encuentro 'La nueva industria de la promoción inmobiliaria' organizado por Europa Press e Insur. Durante el debate, los representantes del sector apuntaron que, por contra, lo que sí se traduce en un encarecimiento de los precios finales de la vivienda son los retrasos de la Administración a la hora de conceder licencias de construcción y otros trámites.

Esta demora puede suponer un incremento de precio adicional de entre el 5% y el 6% en el importe final de los pisos, según calcula Irea. "Constituye un auténtico lastre para el sector, y además es algo que se puede solucionar con un poco de voluntad, sin necesidad de inversiones públicas", indicó el consejero delegado de esta firma. "Se trata de uno de los talones de Aquiles del sector y una prueba de la que Administración necesita un cambio de 'chip' en este sentido", apuntó de su lado el primer ejecutivo de Neinor. "El tiempo mata cuando una inversión está parada un año a la espera de licencia", añadió.