Pedro Horrach: "Si no hubiera habido caso Infanta, quizá seguiría siendo fiscal"

  • En junio pidió la excedencia para poder dedicarse a la abogacía, pero no se la darán hasta que salga la sentencia del caso Nóos.
  • A final de año se dicta sentencia.
  • "Vivo con tensión y bastante ansiedad esta situación de 'impasse'.
El fiscal Pedro Horrach.
El fiscal Pedro Horrach.
ELENA BUENAVISTA
El fiscal Pedro Horrach.

El ya por poco tiempo fiscal Pedro Horrach (Mallorca, 1966) es conocido por la mayoría como el fiscal que ha defendido como si fuera su hermana a la Infanta Cristina. Él ha intentado trasladar a la gente cuáles eran sus criterios: "todo se desprendía de las pruebas de la investigación". Una investigación que ha durado seis años y que ha terminado con sus energías de Fiscal. En junio pidió la excedencia para poder dedicarse a la abogacía, pero no se la darán hasta que salga la sentencia del caso Nóos.

¿Cómo está en esta situación de un pie dentro y otro fuera?

Bien, estoy bien, porque ya me siento medio liberado. Espero estar fuera a mitad de enero. Espero.

¿Le pilló muy desprevenido que no le dieran la excedencia?

Sí, porque la excedencia suele ser automática. Y es un derecho, yo no iba a pedir nada, sino a ejercitar un derecho. Es verdad que no me impidieron marcharme pero sí me pidieron que me quedara, que era casi equivalente a decirme que había un informe negativo respecto a la excedencia. Como se trata de varios meses más acepté, pero estos meses no se llevan bien porque no estás dentro ni fuera.

¿Siente la misma tensión?

Sí, claro, vivo con tensión y bastante ansiedad esta situación de 'impasse'. Me gustaría estar liberado para desarrollar mis proyectos fuera de la Fiscalía. Pero creo que lo estoy sobrellevando bastante bien.

¿Cómo ha terminado con el juez Castro?

Hubo una época muy fructífera. Cualquier investigación criminal necesita una relación fluida entre juez y fiscal para llevarlo a cabo. Es importante que funcione, es fundamental, y creo que funcionó. Que en la última fase haya habido un distanciamiento es normal.

¿Cuántas veces ha respondido a la pregunta: le presionaron desde la Casa Real?

Un millón de veces y de hecho hace poco me preguntaron qué tal en la reunión en la Zarzuela. Y yo: de qué me habla, si ni he estado ni conozco a nadie de la Casa Real. No he recibido presiones. Cuando empezó Nóos estaba Torres Dulce de fiscal general y sus palabras fueron que él no estaba para defender a nadie ni ocultar nada. ¿Qué más se puede decir? Lo mismo ha ocurrido con Consuelo Madrigal y de hecho ha sido mi criterio el que se ha impuesto.

A los que le han llamado abogado defensor (de la Infanta), ahora ya pueden hacerlo sin que le siente mal, ¿no?

Sí, ahora ya me podrán llamar abogado defensor con toda la razón. Me han llamado abogado de la infanta no sé cuántas veces, me lo tomo ya con humor.

Si le digo 'tarjetas black', ¿algún paralelismo?

Es un paralelismo que uso, porque no he visto en el juicio de las 'tarjetas black' a ninguna de las mujeres de los inculpados sentadas en el banquillo; no he viso en el de la Gürtel a ninguna de las mujeres de los imputados sentadas en el banquillo. La única a la que han llamado es Ana Mato y como responsable civil a título lucrativo no como imputada.

¿Cómo se lo explicaría a la gente?

En el tema de la Infanta, debido al personaje, todo se ha magnificado hasta niveles donde la presunción de inocencia saltó por los aires desde el minuto uno, no se ha valorado su situación desde el punto de vista jurídico sino mediático y social, estaba sentada por ser quién es y no por lo que ha hecho. Es lo que jurídicamente creo y es una valoración jurídica que sale de las pruebas de la investigación. Soy funcionario público, soy inamovible, y acusar o no a la infanta ni me perjudica ni favorece profesionalmente así que he sido siempre libre para determinar qué criterios seguía.

¿No le ha perjudicado, aunque sea a nivel emocional?

A nivel personal ha sido duro, a nivel familiar también. El tiempo te curte, pero nadie es inmune y nadie puede sustraerse a la imagen pública que tiene. Y te afecta, a todos los niveles, claro. Intento relativizar, ya es algo forzoso intentar vivir sin angustia y sin ansiedad.

¿De verdad le sorprendería la condena a la Infanta?

Cuando son juicios tan mediáticos no sabes las consecuencias que habrá. Me sorprendería porque es la primera vez en España que se sienta en el banquillo a alguien por este tipo de hechos. Así que si fuera condenada me sorprendería.

Insiste en que no ha recibido presiones directas, pero hay muchas maneras de presionar...

Claro, las presiones indirectas que he recibido son bastante evidentes. Los medios de comunicación ejercen una presión enorme. Cuando la opinión pública está a favor de sentar a esta persona en el banquillo y condenarla es evidente la presión. Directas no, los fiscales generales jamás me han dicho nada y han aceptado mi criterio. Llevo muchos años de experiencia, en los que me he enfrentado a casos mucho más graves, y mi conducta ha sido siempre la misma. Valoro mi criterio jurídico y nada más.

¿Le da pena marcharse?

Llega un momento, no por independencia, porque esa la he tenido siempre, que necesitaba cambiar de clima, de fase y de situación.

Si no hubiera habido Infanta...

Sí, si no hubiera habido caso Infanta, quizá seguiría siendo fiscal, sí, eso es así.

¿A mí jamás me habrían sentado?

No, nunca. Si fueses la señora García no.

¿Qué es lo que más le ha dolido?

Que se ponga en cuestión mi independencia y mi imparcialidad. Y que pese al esfuerzo personal para trasladar a la opinión pública de que era un criterio independiente, los medios han preferido una teoría pseudoconspiratoria donde todos estábamos pseudoimplicados en la defensa de la Infanta.

¿Da vértigo irse al otro lado?

Yo le pongo mucha pasión a todo. Claro que da vértigo, es ponerse al otro lado.

¿Qué no defendería?

Como abogado todo se puede defender. Hay unos niveles éticos, pero a priori no, eso después.

¿Y cómo se ha defendido para que no le afectara todos estos años de manera constante?

Al principio lo pasas muy mal, la ansiedad te impera, pero vas poniendo la piel dura. Y el humor, aunque también lo pierdo.

¿Qué le hace perderlo?

Cuando me indigno con injusticias.

Así que, ¿igual se indigna con la sentencia?

No creo, las sentencias hay que acatarlas.

¿Hay que acatarlas siempre o se lo pregunto en enero?

Mejor hacemos otra entrevista ya en enero cuando esté liberado y cuando se haya dictado sentencia.

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