¿Quién 'bautiza' las operaciones de la Policía y la Guardia Civil?

  • Les ponen nombres en clave que solo conoce el operativo directamente implicado en la investigación.
  • No siguen ningún protocolo establecido, solo que el nombre "no dé pistas".
  • Nacen de la "inventiva, conocimientos o aficiones" de los agentes.
  • Gürtel, Candy, Púnica o Emperador son algunos ejemplos.
Imagen extraída del vídeo facilitado por la Policía Nacional de la detención del presunto pederasta llevada a cabo en un domicilio de Santander.
Imagen extraída del vídeo facilitado por la Policía Nacional de la detención del presunto pederasta llevada a cabo en un domicilio de Santander.
EFE
Imagen extraída del vídeo facilitado por la Policía Nacional de la detención del presunto pederasta llevada a cabo en un domicilio de Santander.

Acompañan el día a día de los españoles y se han colado en los hogares a través de los medios de comunicación. La Gurtel, la Púnica o la operación Candy son las investigaciones más conocidas de los cuerpos de seguridad del Estado por estar ahora mismo en el candelero, pero no son las únicas que cuentan con nombres curiosos y cuya elección responde a una peculiar tradición.

"Las operaciones siempre han tenido nombre, pero es verdad que antes no se daban a conocer a los medios de comunicación, era algo se quedaba dentro del cuerpo", cuenta un guardia civil con dos décadas de experiencia en operativos y que vio nacer una de las primeras operaciones que habría de popularizarse: la Operación Nécora, que acabó con varios clanes gallegos de la droga desarticulados en la década de 1990. Iban a llamarla operación Mago (porque fue ordenada por el entonces magistrado Baltasar Garzón), pero finalmente la bautizaron con el nombre de uno de los productos estrella de la zona.

Bautizar una operación o hacerlo con un nombre impactante o inquietante no es algo que ocurra en cualquier actuación de los cuerpos de seguridad del Estado. "Hay intervenciones que no dan para más. Otras veces comienzas una investigación y vas avanzando, vas dando pasos. Llega un momento en que se decide abrir una operación con todo lo que hay y es ahí cuando se le da nombre, cuando hay que tirar del hilo", cuentan las mismas fuentes.

No solo la Guardia Civil, sino también la Policía Nacional es aficionada a usar nombres extraños para ocultar sus pesquisas. "Se trata de buscar nombres que no den pistas. Que nadie pueda saber de qué se está hablando", explican fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

"A veces ni el jefe de la unidad conoce el nombre. Solo los investigadores implicados. Y pueden ser un cabo y un guardia o tratarse de una operación de 50 personas. No hay pautas ni protocolos", explican. Eso sí, aclaran que algunas veces "se ha puesto un nombre que coincidía con otro ya existente o daba lugar a confusión, y ha habido que cambiarlo", pero nada más.

Admiten que "últimamente estamos yéndonos a nombres extranjeros, es verdad, pero algunas son más delicadas y se traducen para ocultar", reconocen sin miramientos.

Pero, en ese caso..., ¿quién habla alemán o inglés o sabe latín como para relacionarlo con el operativo y bautizar la operación con ese nombre? "En los grupos hay licenciados superiores y gente con estudios. Los nombres son invención de los compañeros, bien por sus conocimientos, sus estudios o por sus hobbies y aficiones", aclaran.

Otras veces, según cuentan, los nombres responden a "algo que ocurre en el transcurso de la investigación, se detecta un comportamiento que se repite" y eso tan simple a primera vista sirve para ponerle nombre.

Por qué las llamaron...

Operación Domiciano: Es el último éxito de la Guardia Civil de Ávila. El viernes 11 de noviembre se detuvo a cuatro personas por violar sistemáticamente a una niña de 15 años desde que tenía 13. Dos de los detenidos eran la madre de la víctima y su compañero sentimental. La operación fue bautizada como Domiciano en recuerdo del emperador romano de dicho nombre que gustaba de agredir sexualmente a las niñas de su entorno familiar.

Operación Gürtel: Estos días se juzga en la Audiencia Nacional a los acusados de la primera etapa de esta trama de corrupción, la madrileña. La Gürtel es un nombre que suena a diario en los informativos pero..., ¿qué significa? Este es uno de los casos de nombre "traducido" para "no dar pistas". Gürtel significa cinturón o correa en alemán. Justamente ese es el apellido del cabecilla de la trama, Francisco Correa.

Operación Púnica: El de la trama de corrupción en torno al que fuera número 2 de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid es otro buen ejemplo de que a los agentes (en este caso a la Guardia Civil) les gustan los idiomas y la horticultura. Incluidas las lenguas muertas, como el latín. El exconsejero de Presidencia del Gobierno regional y cabecilla de la red corrupta, ahora en prisión provisional, se llama Francisco Granados. Da la casualidad de que hay un árbol frutal, el granado, cuyo nombre latino es Punica granatum. De ahí cogieron los guardias el nombre para su operación. El apellido del cabecilla con el nombre del frutal al que se refiere en latín.

Y menos mal, porque esta investigación provocó uno de los mayores chivatazos que se recuerdan en el cuerpo. Fue un guardia de Valdemoro (Madrid) ajeno a la investigación (que no conocía el alcance de la misma ni su nombre en clave) el que detectó cierto movimiento en torno a Francisco Granados y le avisó de que iban "a por él". Y así fue.

Operación Candy: Se trata de la investigación policial que permitió atrapar en Santander, en octubre de 2014, al conocido como el "enemigo público número uno", Antonio Ortiz (44 años), conocido también como el pederasta de Ciudad Lineal (Madrid) y al que se juzga a día de hoy en la Audiencia Provincial de Madrid.

Candy es el nombre con el que en inglés se designa a las golosinas o chucherías que comen los niños pequeños. ¿Se le llamó así por ser una investigación relacionada con abusos sexuales a niñas muy pequeñas? No, no fue por eso.

La Policía le puso este nombre tras detectar que cuando el pederasta abandonaba a sus víctimas, a algunas de ellas les regalaba una golosina. Los policías encontraron a una de las niñas sosteniendo fuertemente el caramelo en su mano tras haber sido agredida sexualmente. Por eso llamaron así a la operación.

Operación Taula: Para descubrir el origen del nombre de la operación que investiga una trama de corrupción en torno al PP de la Comunidad Valenciana, hay que recurrir a los conocimientos de Historia de los agentes.

Fuentes de esta investigación explican que la operación Taula se llama así por un sistema de cambio de divisas que se inició en el siglo XV en la Corona de Aragón. En concreto se refieren a la Taula de canvi, que era un sistema de mesas de cambio de moneda o divisas. Se trata de la primera institución financiera que apareció en las distintas ciudades de la Corona de Aragón (Barcelona, Valencia y Girona) en el siglo XV.

Operación Trigo Limpio: Si el objetivo era despistar y alejar a los oídos inadecuados del objeto de esta investigación, los agentes lo lograron con el nombre. Bautizaron así a la mayor trama de evasión fiscal ocurrida jamás en Santander (Cantabria) y que se juzga en la actualidad en la región. Todos los acusados, que desde 2007 vienen intentnado dilatar el proceso con recursos, no son precisamente... trigo limpio.

El toque oriental

Solo hay un criterio que policías y guardias civiles respetan a rajatabla, o al menos lo enmiendan antes de que la investigación llegue a manos del juez. Se trata de no herir sensibilidades ni por cuestión de raza, religión u orientación sexual. Evitan también referirse con sorna al objeto de la investigación.

En este grupo se encuadran la Operación Pitufo, que en realidad los agentes llamaron Operación Enano (por la baja estatura del cabecilla de una red de delincuentes), pero que decidieron cambiar. También modificaron el nombre de la Operación Churrasco, en la que seguían la pista a un cadáver carbonizado descubierto en la Comunidad de Madrid.

Pero si hay algún colectivo que les haya dado un juego especial ese es, sin duda, el de la mafia china, centro de algunas de las últimas y más conocidas redadas policiales.

Operación Emperador: El término guarda una relación directa con el personaje investigado, el mafioso Gao Ping, uno de los empresarios chinos más importantes del país y el gran emperador del polígono industrial de Cobo Calleja (Fuenlabrada), él mismo se hacía llamar por este alias. Se le atribuye el blanqueo de más de 1.200 millones de euros en cuatro años.

Operación Snake: Las investigaciones que desembocaron en la detención de Gao Ping comenzaron mucho antes en el polígono de Fuenlabrada, justo cuando en el calendario chino era el año de la serpiente (entre febrero de 2013 y enero de 2014). Los agentes, que conocían este dato, decidieron bautizar a la operación inicial con el nombre del año pero... traducido al inglés "para despistar".

Operación Dragón: De nuevo una referencia al calendario chino, pero esta vez nada que ver con el origen asiático de los investigados. Este término dio nombre a una operación cerrada en 2012 en la que la Guardia Civil de Segovia desarticuló una banda rumana de ladrones.

Operación Malaya: Otro guiño asiático, o no, para una de las investigaciones policiales más conocidas de la historia reciente de España, la que desarticuló la trama de corrupción urbanística y municipal en el Ayuntamiento malagueño de Marbella. La Operación Malaya acabó, entre otros muchos, con Julián Muñoz (el exalcalde), Maite Zaldívar (su mujer) e Isabel Pantoja (su amante) en prisión.

Su nombre responde a dos motivos. Malaya es una suerte de acrónimo formado por las dos primeras sílabas del nombre de la provincia donde se desarrolló (Málaga) y la sílaba final de la ciudad (Marbella). Para no dejarlo tan claro, los agentes cambiaron la "ll" por una "y". Además, malaya es el nombre que se utiliza para designar a una técnica de tortura psicológica.

Las menos conocidas

A todo el mundo le suenan términos como el caso de los ERE, el de los cursos de formación o el caso Nóos. Estos procesos han saltado a la opinión pública a través de los medios de comunicación con estos identificativos nombres, "pero no son los auténticos de las operaciones", dicen los expertos. Son muchas las investigaciones a las que los agentes han llamado por nombres que nunca saldrán a la palestra.

Operación Deseada: Es una de las investigaciones más tristes de la crónica negra de este país. Los agentes investigaron la desaparición de tres jóvenes (Miriam, Toñi y Desiré) ocurrida en Valencia en 1992. Pusieron el nombre real de esta última a su operación. Desiré se llamaba en realidad María Deseada Hernández Folch. El país entero las conoció como las niñas de Alcasser.

Operación Abanico: Pocos la identifican con este nombre. Saltó a los medios por ser el proceso que acabó con la detención en 2009 por tráfico de drogas de uno de los miembros del cuarteto de música Locomía.

Operación Cala: Los investigadores llamaron así a la operación para encontrar a una joven, Rocío, que desapareció en 1999 cuando se dirigía a casa de su novio, en La Cala de Mijas (Málaga), de ahí el nombre. Los españoles lo conocieron como el caso Wanninkhof. Es hasta la fecha el que dio lugar al mayor error judicial cometido en España. Dolores Vázquez (una amiga de la familia de Rocío) cumplió 17 meses de cárcel de los 15 años a los que había sido condenada. Finalmente se demostró que era inocente tras detenerse y juzgarse al británico Tony King por este crimen.

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