Un país con menos habitantes, envejecido y viviendo más solos que nunca. Esa es la foto fija que muestran las últimas previsiones de población y hogares a 15 y 50 años del Instituto Nacional de Estadística.

El INE toma en consideración las tendencias actuales en fecundidad, mortalidad y migraciones para calcular qué pasaría en España en el futuro, de mantenerse las tendencias actuales. Su conclusión es que España perderá 552.245 habitantes en 15 años. Así, en el año 2031 el país tendrá 45,9 millones, un 1,2% menos. En 50 años la pérdida de población superaría los cinco millones de personas, situándose en 41.068.643 habitantes, casi hasta niveles similares a la época previa a la ola migratoria de los años 2000.

Según sus previsiones, (PDF), El INE estima que la población española crecerá ligeramente en 2016, debido a una reducción de la mortalidad puntual por una menor incidencia de la gripe, pero a partir de 2017 caerá todos los años. España podría tener un saldo vegetativo negativo (más defunciones que nacimientos) continuo hasta 2065, según estas proyecciones.

En los próximos años el número de nacimientos seguiría reduciéndose, continuando con una tendencia iniciada en 2009. En concreto, el INE calcula que entre 2016 y 2031 nacerán en torno a 5,3 millones de niños, un 22% menos que en los 15 años previos. En 2031 la cifra anual de nacimientos habría descendido hasta 335.937, un 19,5% menos que la actualidad.

La proyección contempla una ligera tendencia al alza de la fecundidad, casi imperceptible, que contrasta con un crecimiento de la edad media de maternidad, que pasaría de los 31,9 años actuales hasta los 33 al final del periodo. El descenso en el número de nacimientos vendría determinado, sobre todo, por la disminución del número de mujeres en edad fértil. Ese número bajaría en 1,8 millones en 15 años y en 3,5 millones en 50 años.

De ese modo, la reducción de la población residente se debería, principalmente, al progresivo aumento de las defunciones y a la disminución de los nacimientos, "un fenómeno que sería particularmente acusado a partir del año 2040", explica el Instituto de Estadística.

"Lo lógico es que la población decrezca, lleva pasando años. No es nada raro. A veces la gente se asusta, pero es la evolución normal en una población avanzada. Alemania lleva así dos o tres décadas", explica la socióloga Teresa Castro, especialista en población y en estructuras familiares del CSIC. "La fecundidad sigue estable, pero al haber menos mujeres en edad fértil baja el número de nacimientos, suben las muertes y no se prevé a corto plazo una ola migratoria, si la economía no mejora".

Los responsables de la estadística oficial en España otorgan más importancia en el análisis de estas proyecciones a la pirámide poblacional por edades que consiguen, que a su proyección del número exacto de habitantes que tendrá España. Y destacan "la intensidad del proceso de envejecimiento de la población residente en España".

De mantenerse la situación demográfica de la actualidad, la principal pérdida de población se produciría en el tramo de edad entre 30 y 49 años, un 28,5% menos en 2031 y un 40,1% menos en 2066. Por el contrario, la población se incrementaría en la mitad superior de la pirámide de población. De hecho, todos los grupos de edad a partir de los 70 años experimentarían incrementos efectivos. Dentro de 15 años residirían en España 11,7 millones de personas mayores de 64 años, tres millones más que en la actualidad (un 34,85). Y esta cifra se incrementaría a los 14 millones en 50 años.

El porcentaje de población de 65 años y más, que actualmente se sitúa en el 18,7% del total de la población, pasaría a ser del 25,6% en 2031, y del 34,6% en 2066.

Los mayores de 100 años pasarán de los 16.460 actuales a 222.104 en 2066.

Por otro lado, la esperanza de vida al nacimiento alcanzaría los 83,2 años en los varones y los 87,7 en las mujeres en 2031, lo que supone una ganancia respecto a los valores actuales de 3,3 y 2,3 años, respectivamente. En 50 años, de mantenerse la tendencia actual, los hombres vivirán de media 88,5 años y las mujeres, 91,6 años.

El INE también ha publicado sus proyecciones sobre la evolución de los hogares. Pese al descenso de la población, el número de hogares de España aumentará en más de 900.000 en los 15 próximos años, porque estos serán de menor tamaño. Este incremento del 4,95% de los hogares hará que estos sumen 19.281.354.

La media de habitantes por hogar pasaría de los 2,50 actuales a los 2,35 en 2031.

El principal salto en los hogares se producirá en los unipersonales, que crecerán un 19,8% (911.633 más, hasta 5.522.762), mientras que los más concurridos, los que albergan a cinco o más personas, se reducirán en un 24,8% (habrá 260.896 menos y serán 789.363). El modelo familiar más habitual seguirá siendo el hogar de dos personas, con más de seis millones de unidades, que vivirán un incremento del 10,2%.

Los expertos en demografía aseguran que pese a los hogares menguantes, todavía España está lejos de la media de algunas regiones alemanas, en las que habitan 1,7 personas. El crecimiento de los hogares de dos personas se explicaría con el incremento de la esperanza de vida. Según la última proyección del INE, entre 2016 y 2031 la esperanza de vida aumentará 3,3 años en los varones (hasta 83,2 años). Y 2,3 años en las mujeres (hasta 87,7).

Además de la fecundidad y la mortalidad, la población de un país depende de los movimientos migratorios. En este capítulo, el INE establece que, con los datos de la Estadística de Migraciones de 2015, España alcanzará en 2016 previsiblemente las 343.614 inmigraciones, mientras que 330.675 personas abandonarían nuestro país para residir en el extranjero. Con ello, España pasaría a registrar un saldo positivo, después de seis años en negativo.

La proyección para el conjunto del periodo 2016-2066 se realiza bajo una propensión de la población a emigrar sostenida. Si así fuera, España ganaría 115.000 habitantes hasta 2020 en sus intercambios de población con el extranjero. La tendencia se reforzaría en años sucesivos, plantea el INE, obteniéndose una ganancia neta de casi 3,1 millones de personas en cincuenta años.

La estadística de población, principalmente las proyecciones, se utilizan para analizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Sin embargo, según los sociólogos, la pérdida de población supone un reto menor en comparación con el envejecimiento de la población. "El reto más negativo es que va a haber más población jubilada sostenida por población en edad de trabajar", asegura la socióloga Teresa Castro. Sin embargo, para esta catedrática "el gran problema, el de la sostenibilidad de las pensiones no se debe en exclusiva a la falta de gente, sino a la falta de gente trabajando, por el paro, y a la ocupación es precaria y con bajos salarios. En este momento el factor más importante en la garantía de las pensiones es la cotización", argumenta Castro.