Bajo un marco tan incomparable como el Paseo Marítimo de Marbella, se encuentra el restaurante Garum. Desde que abrió sus puertas en diciembre de 2004, se ha convertido en un establecimiento culinario de referencia en todas las guías gastronómicas de la ciudad. No sólo por su inmejorable ubicación -cuenta con el privilegio de estar en el centro urbano y disfrutar a la vez de la indescriptible vista del mar, la playa y las puestas de sol-, sino también por su cocina que bien describe la fusión de culturas que existe en Marbella.

Su carta que evoluciona y varía con las distintas estaciones del año, como si de un árbol de hojas caducas se tratase, encierra deliciosas combinaciones de sabores y aromas. Una cocina cosmopolita, moderna, donde predomina la creación de autor que tiene como base los productos frescos de la época.

Un edén de sabores que recorre de una punta a otra las distintas gastronomías existentes en el mundo. Como ejemplo y hasta el mes de diciembre -fecha en la que cambiarán de nuevo la carta- podemos de hablar de algunas presentaciones que abducen a los cinco sentidos como las verduras en salsa tai con pollo y arroz o la rosada con salsa de curry y arroz. Por la noche, las presentaciones retan a los paladares más audaces y atrevidos con ‘surf n'surf' de filete de solomillo en salsa de goulash holgaría y kebab de gambas servido con arroz y col de pimiento dulce; magret de pato con salsa suave picante de pistacho, servido con tarta de patatas y calabacín.

Además, del helado de foie gras y amaretto servido con foie gras fresco, la tarta cremosa de arenque marinado, y la llamativa sopa de coco y lima con gambas.

No obstante, hay platos que ocupan siempre un lugar entre los fogones de Garum como la lasaña vegetariana de verduras servida con salsa de queso manchego.

Al igual que entre los postres, donde siempre está presente la sorpresa de chocolate, frente a otras delicias como tarta de manzana caliente con helado de vainilla, tarta de queso, y mousse de chocolate negro con un toque de tequila y hojas de chocolate negro.

Garum permanece abierto todo el día, ofreciendo desde desayunos, pasando por la original carta de las tapas, el almuerzo que ofrece alternativas de bocadillos y ensaladas, hasta el momento más relajante del día: la cena.

El ambiente de Garum sigue fiel a su cocina: moderno y a la vez respetando la sencillez con materiales como el bambú y la madera, que combinan con el negro, blanco, rojo y gris, abanico cromático que da color al establecimiento y lo convierto en un espacio acogedor. Su inmensa terraza, permite disfrutar no sólo de una vista en primera línea de playa, sino además de la calidez del sol durante las estaciones más frías del año.

Su público, no sigue estereotipos, desde personas que disfrutan de su vejez, hasta jóvenes parejas con niños o solteros, se mezclan entre las distintas mesas de Garum, donde en cada una se puede escuchar hablar una lengua distinta, desde el español, pasando por el inglés, hasta el sueco, finlandés o alemán, o varias de forma simultánea entre comensales de una misma mesa.

Asimismo cuenta con una espacio de cyber café, donde navegar por Internet mientras se disfruta de una carta ligera, donde predominan los ‘snacks' y tentempiés.

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