Rajoy ignora la Constitución y deja la investidura en el aire

  • El líder del PP acepta el encargo del rey y dice que intentará buscar apoyos, pero abre la puerta a no presentarse a la votación en el Congreso si no los logra.
  • La Constitución no prevé la renuncia tras aceptar el encargo del monarca.
  • Pide un "plazo razonable" para buscar el respaldo suficiente para formar Gobierno.
  • Quiere negociar "un programa de gobierno" con las fuerzas constitucionalistas y hoy mismo abrirá una ronda de contactos.
El rey Felipe VI recibe al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (d), en el Palacio de la Zarzuela en la tercera jornada de su nueva ronda de consultas.
El rey Felipe VI recibe al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (d), en el Palacio de la Zarzuela en la tercera jornada de su nueva ronda de consultas.
EFE
El rey Felipe VI recibe al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (d), en el Palacio de la Zarzuela en la tercera jornada de su nueva ronda de consultas.

Una aceptación a medias. Esa ha sido la respuesta del líder del PP, Mariano Rajoy, tras ser propuesto este jueves por el rey para que intente formar gobierno. O lo que es lo mismo, se comprometió a intentar conseguir los apoyos necesarios, pero no aclaró si, en caso de fracasar, se presentará a la votación de investidura, requisito imprescindible para activar la cuenta atrás legal hacia unas nuevas elecciones.

De momento, más de un mes después del 26-J, el presidente en funciones no ha logrado sumar ni un solo apoyo a sus 137 diputados, más allá de la abstención de los 32 de Ciudadanos (la mayoría absoluta está fijada en 176). Para intentar revertirlo, Rajoy anunció que iniciará de inmediato una nueva ronda de contactos "en busca de apoyos para gobernar". Se dirigirá, "de manera preferente", a los "partidos constitucionalistas", ya sea para un gobierno con suficiente apoyo parlamentario -su opción preferida- o para un "gobierno en minoría".

Eso sí, pidió un "plazo razonable de tiempo", tras el cual informará si está "en condiciones o no" de formar un ejecutivo. Preguntado sobre cuánto puede alargarse ese plazo, Rajoy no quiso concretar fechas, pero señaló que este "no puede impedir que aprobemos en tiempo y forma nuestros compromisos europeos".

El líder del PP se refirió a la necesidad de aprobar "asuntos urgentes" como el techo de gasto y los presupuestos del año que viene, que para estar listos en fecha deberían aprobarse antes de que finalice septiembre. De hecho, Rajoy recalcó que el 15 de octubre es la fecha tope para enviar a la Comisión Europea el documento con los compromisos para la nueva senda de déficit, y también para remitir los próximos Presupuestos Generales del Estado. 

La Constitución no lo contempla

Mucho más ambiguo fue cuando se le preguntó, varias veces, si se presentará a la investidura aunque no consiga los escaños necesarios en un plazo razonable. "No conviene adelantar acontecimientos, mucho menos en circunstancias como esta", respondió. La Constitución, no obstante, no prevé la posibilidad de eludir la votación en el Congreso una vez aceptado el encargo del rey, una tarea que Rajoy rechazó tras el 20-D. El artículo 99 de la Carta Magna reza que el candidato propuesto por el monarca "expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara".

El plazo legal para unas nuevas elecciones solo arranca una vez que tenga lugar la sesión de investidura. Si esta no se produce, el país quedaría, de nuevo, en un limbo. El escenario que dibuja el candidato popular no tiene precedentes, pero tampoco los tenía su decisión de enero de declinar el ofrecimiento del rey sin siquiera empezar a negociar con nadie.

"Voy a redoblar los esfuerzos de negociación", anunció Rajoy, que subrayó: "Vamos con espíritu abierto, pero negociar implica ceder, ya veremos en qué. Yo soy quien tiene más responsabilidad, pero los demás también tienen que colaborar".

Crítica unánime

La críticas de los principales partidos a la reacción del líder del PP fue unánime. "Tendrá que presentarse al debate de investidura, le guste o no, tenga los votos o no, porque tendrá que acatar y cumplir la Constitución", dijo el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, que acusó a Rajoy de "irresponsable". Horas antes, tras su reunión con el rey, el líder socialista, Pedro Sánchez, reafirmó que no se abstendrá para permitir un Gobierno del PP y evitó responder a la pregunta de si, de fracasar Rajoy, intentaría un Ejecutivo alternativo.

El vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, afirmó que "no caben aceptaciones condicionadas", y emplazó al líder popular a que disipe en las próximas horas "las dudas que ha sembrado". Por la mañana, y después de ver al rey, el líder de la formación naranja, Albert Rivera, solo veía dos opciones: o un ejecutivo sin Rajoy formado por PP, PSOE y Ciudadanos, o un gobierno del presidente del PP con la abstención de todos los partidos. Una abstención de la que, asegura, no se moverá.

"Rajoy acepta en diferido", criticaron con ironía desde Podemos el número dos, Íñigo Errejón, y el secretario de Organización, Pablo Echenique. Su líder, Pablo Iglesias, dijo al monarca que cree que hay una alternativa de gobierno progresista porque "los números siguen dando", pero que la ve "difícil" y "más lejos" que antes.

Sin fecha ni confirmación

La presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, que es quien tiene la potestad de convocar el pleno de investidura, no quiso confirmar que vaya a celebrarse, pero aseguró que concederá un tiempo a Rajoy "para que intente buscar apoyos". Solo depués acordarán una fecha para su celebración. El líder del PP necesitaría mayoría absoluta en una primera votación (176 apoyos); 48 horas después, en la segunda, le serviría mayoría simple (más votos a favor que en contra).

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