¡Esto sí que es meterse en la piel del personaje!

  • El oscarizado Jared Leto ha hecho varias locuras durante el rodaje de 'Escuadrón suicida' para parecerse al Joker.
  • Actores como Jack Nicholson, Robert De Niro o Shia LaBeouf también han hecho auténticas barbaridades para acercarse mejor a su personaje.
  • Engordar o perder kilos es otro de los procesos habituales.
Jared Leto caracterizado como el Joker para 'Escuadrón Suicida'.
Jared Leto caracterizado como el Joker para 'Escuadrón Suicida'.
Warner Bros
Jared Leto caracterizado como el Joker para 'Escuadrón Suicida'.

Hay intérpretes que han llevado hasta el extremo lo de ser actor del Método. Su implicación con el personaje ha sido absoluta hasta llegar a pensar, hablar y transformarse en el rol que interpretan. Entre los ejemplos más recientes está Jared Leto que durante el rodaje de la esperada Escuadrón suicida hizo más de una excentricidad para parecerse o, mejor dicho, llegar a ser el mismo Joker.

Seguramente Leto, poseedor de un Oscar como actor de reparto por Dallas Buyers Club, sabe que por delante tendría las odiosas comparaciones de los que interpretaron al archienemigo de Batman antes que él, sobre todo la inolvidable actuación del fallecido Heath Ledger, que también hizo de las suyas pasándose un mes encerrado en la habitación de un hotel.

Jared Leto ha tomado casi literalmente lo de comportarse como un auténtico psicópata. También en un bromista impredecible e incordiante. Se preparó consultando con médicos y psiquiatras que habían tratado a autores de crímenes horribles, e hizo bromas como las de regalar desde ratas muertas o cajas con balas a condones usados, bolas anales o un cerdo muerto a sus compañeros de rodaje. Los integrantes del equipo técnico aseguraron que Leto se comportaba de "una forma rara" durante la filmación, y fuera de ella. Nunca se desprendía de su traje de Joker. Habrá que esperar hasta el 5 agosto, cuando llegue la película a nuestras pantallas, para ver los resultados.

En ese objetivo de meterse lo más posible dentro de la piel del personaje no son pocos los actores que han hecho auténticas locuras. El oscarizado, por fin, Leonardo DiCaprio en El renacido llegó a sumergirse en ríos con el agua congelada, dormir junto a cadáveres de animales o comerse un trozo de hígado crudo de bisonte (para que su cara de asco fuera auténtica, no simulada). Solo le faltó ser atacado por un oso de verdad.

Otro que ha obtenido un Oscar reciente es Eddie Redmayne por interpretar en La teoría del todo al astrofísico Stephen Hawking, afectado de ELA (esclerosis lateral amiotrófica), la enfermedad degenerativa que paraliza los músculos del cuerpo. Redmayne también llegó a experimentar durante días lo que significa vivir postrado en una silla de ruedas.

Shia LaBeouf, muy dado a todo tipo de desmanes, por o sin obligación del guión, se aseguró que para la escenificación de su personaje, el integrante de un grupo de soldados de un tanque de combate durante la II Guerra Mundial en Corazones de acero (Fury), todo fuera lo más real posible; se cortó en la cara con un cuchillo y se sacó un diente en aras del verismo. Curiosamente, la película también estaba dirigida por David Ayer, el mismo que Escuadrón suicida. Y en Charlie Countryman, LaBeouf tomó las mismas drogas que su personaje. En cambio, para la película erótica Nymphomaniac, de Lars Von Trier, decidió probar con algo más práctico, tener sexo real ante las cámaras. Aunque le valió una severa crisis de pareja.

Adelgazar (o engordar) no es problema

Adrien Brody vendió sus pertenencias, el apartamento en Nueva York y coche, para sentir lo mismo que los judíos despojados de todo por los nazis para interpretar El pianista; a Tom Cruise le gusta protagonizar sus escenas de acción más arriesgadas, la más reciente, agarrarse a un avión en vuelo en Misión imposible: Nación secreta; contundente fue Brad Pitt que se rompió un par de dientes para El club de la lucha; o Denzel Washington que pidió, en El invitado, sentir en sus propias carnes la tortura del "submarino" (sumergir la cabeza de un preso en líquidos, o asfixiarlo con una bolsa de plástico en la cabeza). El surcoreano Min-sik Choi se quemó con un alambre caliente y también llegó a comerse un pulpo vivito y coleando en Oldboy.

No podíamos finalizar sin un clásico en esto de las interpretaciones: ganar y perder peso de manera espectacular. Solo unos ejemplos, Renée Zellweger aumentó 10 kilos para El diario de Bridget Jones; 20 kilos de puro músculo Hilary Swank para Million Dollar Baby; 14 kilos de más Russell Crowe para Red de mentiras; y Stallone ganó 18 para el policía de Cop Land. Y de récord, un joven Vincent D'Onofrio nada menos que 32 kilos de más para La chaqueta metálica.

En el apartado de pérdidas, Tom Hanks 22 kilos y medio en El náufrago; el cachas Chris Hemsworth adelgazó 15 para En el corazón del mar; el oscarizado Matthew McConaughey 20 kilitos para la citada Dallas Buyers Club; Matt Damon perdió 17 kilos para En honor a la verdad (1996), cuando aún era un desconocido para el gran público, y eso que solo aparecía en un par de escenas, y aumentaría 13 durante ¡El soplón! (2009). Y, volviendo a Jared Leto, también estuvo irreconocible engordando 20 kilos para El asesinato de John Lennon.

Seis intérpretes icónicos

Charlize Theron. La modelo y actriz afeó su aspecto engordando 14 kilos. Además, se puso una prótesis dental, se depiló las cejas y, con la inestimable ayuda de los efectos de maquillaje, se transformó en la prostituta ejecutada por matar a varios de sus clientes en Monster.

Christian Bale. Se quedó esquelético en El maquinista (2004). Perdió casi 30 kilos a base de una dieta de una manzana y un café al día. Al año siguiente, reaparecería hipervitaminado y musculado para encarnar a Batman. Luego engordó 20 kilos para La gran estafa americana (2013).

Daniel Day-Lewis. Se convirtió en el mismísimo Lincoln en la película de Spielberg, hablando como el mítico presidente también fuera del rodaje. Para El último mohicano se mudó 6 meses a una isla solitaria o en Mi pie izquierdo aprendió a pintar con los dedos de los pies.

Jack Nicholson. Fue tal su implicación que incluso se dice que probó la agresiva terapia de electroshock para conocer mejor su personaje, el de un rebelde paciente de un sanatorio mental, en Alguien voló sobre el nido del cuco. Naturalmente, es de esas interpretaciones que valen un Oscar.

Joaquin Phoenix. La lió gorda. Llegó a aparecer en entrevistas a los medios, conciertos en directo y hasta en la ceremonia de los Oscar haciendo creer a todo el mundo que había cambiado, que se dedicaba a la música hip-hop, y mostrando un comportamiento extraño, errático y desaliñado. Todo era un montaje suyo para el falso documental I'm Still Here.

Robert De Niro. Se sacó una licencia de taxi y ejerció en Nueva York, en turnos de 12 durante un mes, para Taxi Driver (1975). Y engordó 30 kilos para ser el boxeador Jake LaMotta en Toro salvaje (1989). También llegó a participar en tres combates de boxeo en Brooklyn. Venció en dos.

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