Puebla con enormes imágenes de mamíferos africanos los lugares en los que se han extinguido

  • Entregado a la defensa de la biodiversidad de África, el fotógrafo inglés Nick Brandt presenta la conmovedora serie 'Heredarás el polvo'.
  • Ha colocado copias de grandes dimensiones de imágenes de elefantes, leones, gorilas, jirafas... en lugares habitados en el pasado reciente por estas especies.
  • La desaparición de los animales por culpa del ser humano 'no sucedió en el pasado, sino que está ocurriendo en nuestro inmediato presente', dice.
Elefante en un vertedero. De la serie 'Heredarás el polvo', del fotógrafo inglés Nick Brandt
Elefante en un vertedero. De la serie 'Heredarás el polvo', del fotógrafo inglés Nick Brandt
© Nick Brandt, courtesy Edwynn Houk Gallery, New York
Elefante en un vertedero. De la serie 'Heredarás el polvo', del fotógrafo inglés Nick Brandt

La inmensa foto, de proporciones reales, de un elefante africano está colocada en un habitat descabellado, un vertedero incontrolado de basura mientras un grupo de personas que sobreviven gracias a la búsqueda y venta de desperdicios mira al objetivo que retrata la escena. La misma paradoja —imágenes de grandes mamíferos africanos situados en lugares anormales donde no lograrían sobrevivir— se repite en cada trabajo de la conmovedora y trágica serie Inherit the dust (Heredarás el polvo) del fotógrafo inglés Nick Brandt (1966).

De una potencia desgarradora, la colección documental es la conclusión desesperada de un artista entregado a la defensa de la biodiversidad africana, sobre todo a los grandes mamíferos en peligro de extinción en el este del continente. Había dedicado una trilogía de fotoensayosOn This Earth (2005), A Shadow Falls (2009) y Across the Ravaged Land (2013)— a las especies amenazadas por la caza furtiva, la degradación ambiental, la construcción de infraestructuras —carreteras, fábricas...—, en suma, la descontrolada presión humana. Esta vez decidió dar un paso adelante y convertir su trabajo en una forma clara de denuncia.

'Los tristes restos de un planeta'

"Si seguimos sin hacer nada, las generaciones futuras sólo heredarán los tristes restos de un planeta que una vez fue vivo y vibrante. Heredarán el polvo", escribe en tono mortuorio Brandt en uno de los dos textos —se puede acceder a ambos en PDF e inglés en este y este otro vínculo, el segundo con imágenes del making off de la serie— que acompañan la edición en libro de Inherit the dust, publicado por Edwynn Houk Editions y distribuido por Distributed Art Publishers [124 páginas y un PVP de 65 dólares]. La recaudación de las ventas del volumen irá a parar íntegramente a la Big Life Foundation, una organización de defensa de los mamíferos africanos fundada por el fotógrafo

Enamorado de elefantes y jirafas, cebras y gacelas, leones y chacales, leopardos y antílopes, las especies que poblaban hasta hace unas décadas, con centenares de miles de ejemplares, las praderas de Tanzania, Kenia y otras zonas del África oriental subsahariana, Brandt alerta de la urgencia del problema, casi irreversible, de la extinción y quiere que la voz de alarma implique a cada ser humano y no suene lejana. "Esto no sucedió en el pasado, sino que está ocurriendo en nuestro inmediato presente", dice con cierta desesperación.

Una jirafa en una cantera

Las fotos de Inherit the dust son de una energía lastimosa. Los lugares donde el artista ha colocado las copias de tamaño real —cuyo transporte y montaje requirió de una ajustada logística y fue realizado con la ayuda de los habitantes de cada localización— no fueron seleccionados al albur: son emplazamientos en los que "hasta hace bien poco, a veces sólo un par de años" vivían los animales amenazados. Un rinoceronte ante una fábrica, una jirafa descansado en una cantera, una cebra en medio de una vía de tren en una zona industrial, un chimpancé en el reguero de aguas fecales de una villa miseria, una pareja de leonas en medio de otra...

El tamaño de las imágenes, monumentales, sostenidas por ocultos bastidores de madera y desgatadas en los bordes, como si se tratase de restos erosionados tras ser olvidados en páramos tóxicos, paisajes cenicientos por las emisiones de una cementadora o bajo pasos elevados de carreteras, contribuyen al sentimiento chocante y lastimoso que persigue Brandt, que expone las fotos de serie, hasta el 11 de septiembre, en el museo Fotografiska de Estocolmo y luego llevará la muestra a Berlín, París y Zúrich.

Un elefante genera 1,6 millones de dólares

Brandt hace hincapié el "sorprendente" valor económico de algunos de los animales amenazados. "Cuando un elefante es matado por los cazadores furtivos, la suma promedio generada por la explotación comercial del animal es de alrededor de 20.000 dólares, ninguno de los cuales se queda en la comunidad. Se calcula que en el transcurso de su vida, un solo elefante general más de 1,6 millones de dólares a la industria turística de su país", explica.

El fotógrafo y conservacionista señala a los países desarrollados como corresponsables de no hacer lo suficiente para "mitigar el daño". En concreto se refiere a los EE UU, donde numerosas colectivos "continúan haciendo caso omiso deliberadamente del abrumador consenso científico sobre los efectos de los humanos en el  cambio climático. La codicia, la ignorancia, el obstruccionismo, y la difusión deliberada de información falsa está permitiendo y permitirá que muchos millones de personas y animales sufran y mueran".

Brandt llama "terroristas" a los negacionistas del papel del ser humano en los cambios ambientales. "Sí, uso deliberadamente la palabra 'terroristas' porque sus acciones son en última instancia la causa de mucho terror en todo el mundo", añade.

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