Emocionar al segundo hombre más rico del mundo no es una tarea fácil, pero es lo que le ocurrió ayer lunes al empresario Amancio Ortega mientras realizaba su habitual ronda por las instalaciones del grupo en Arteixo.
El empresario coruñés, alma del grupo Inditex, cumplía 80 años y decidió celebrarlos haciendo lo que mejor sabe: trabajar al frente de su compañía.
Lo que no sabía es que la plantilla de la multinacional le había preparado una sorpresa muy especial con motivo de la celebración de sus ochos décadas de vida, ideada e impulsada por la que es su hija pequeña y la favorita, Marta, fruto del segundo matrimonio del empresario.
Así las cosas, mientras el empresario daba su habitual paseo por las instalaciones, sus empleados fueron congregándose para proyectar un vídeo homenaje al empresario y obsequiarle también con una tarta de cumpleaños.
Ortega, a pesar de estar acostumbrado a ser centro de atención y foco de muchas miradas, no pudo contener la emoción ante tan sencillo y sentido gesto de reconocimiento.
Además, entre los empleados que se concentraron, parte de los 4.000 que trabajan en la casa madre, había también una presencia muy especial, la del nieto más pequeño del multimillonario e hijo de Marta: Amancio.
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