Durante los últimos años se ha producido un repunte en el número de españolas que ejercen la prostitución, según constata un estudio sobre la prostitución realizado por Cáritas Española. En el informe también apuntan a que debido a la crisis económica, cada vez hay más casos de exprostitutas que vuelven a ejercer esta actividad para poder "subsistir". Esto es algo que el Colectivo Hetaira confirma, aunque no pueden dar datos exactos porque "sobre la prostitución no hay registros".

Desde los años 80, Cáritas tiene varios proyectos en marcha que van cambiando en función de las necesidades de estas mujeres. Por esta experiencia,  afirman que "se ha observado el paso de una prostitución ejercida principalmente por mujeres españolas con fuertes problemas sociales y familiares unidas al consumo de sustancias adictivas a una prostitución ejercida en muy alto porcentaje por mujeres extranjeras, más jóvenes y, en mucho casos, en situación de explotación y relación con redes criminales".

Sin embargo, señalan que ha habido un repunte en el número de españolas que ejercen la actividad: "Desde 2010, en las visitas a los lugares de ejercicio de la prostitución se está viendo cómo aumenta progresivamente el número de mujeres españolas, después de ser expulsadas del mercado de trabajo". Esta situación está relacionada, también, con el regreso de algunas exprostitutas al ejercicio de la actividad por "dificultades económicas en el núcleo familiar" aunque "suele ser la última de las opciones, pero se encuentra presente".

El caso de las mujeres que vuelven a la prostitución "incluso después de unos años de haber tenido trabajo" se debe a que no encuentran otra posibilidad de "subsistencia, para ellas y sus hijos e hijas". El ejercicio de la actividad se retoma "a espaldas del núcleo familiar, ocultando la realidad a la pareja y a los hijos bajo variados pretextos".

Desde el Colectivo Hetaira señalan que "es uno de los efectos de la crisis". Pero que durante este tiempo "todo el mundo se ha visto obligado, no sólo las prostitutas"."Hay gente que tenía mejores trabajos y han vuelto a ser camareros, por ejemplo" afirman y añaden que algunas mujeres "lo compaginan con otro trabajo o ejercen sólo algunas horas". Sobre los estudios y las posibles cifras de cuántas mujeres han retomado el ejercicio de esta actividad explican que "sobre la prostitución no hay registros, no hay estudios fiables".

La realidad de la prostitución, según el estudio de Cáritas, es que esta actividad la ejercen más mujeres que hombres: el 90% de las personas atendidas en los proyectos de la organización son mujeres. En el caso de los hombres y las personas transexuales, aunque son parte de la realidad, "desde el punto de vista cuantitativo, son una realidad residual".

Los principales países de procedencia de estas mujeres son Rumanía, Nigeria y Brasil. El pasado mes de mayo, la Policía ya alertaba del auge de las mafias nigerianas, que junto con Brasil, son los principales "países de origen de las víctimas de trata con fines de explotación sexual", tanto en nuestro país como en el resto de Europa, según apunta el informe de Cáritas. Otros países de procedencia bastante frecuentes son República Dominicana y Colombia.

Estas mujeres no suelen superar los 35 años de edad y su nivel formativo es "bajo", en su mayoría "no llegan a tener estudios secundarios". Además, en muchos casos, es habitual que tengan a su cargo "algún menor" ya sea en España o en su país de origen.

En el estudio, Cáritas española recoge un testimonio, el de Iria, pero lo que ella cuenta es lo que viven muchas mujeres víctimas de la trata con las que trabaja la organización.

Iria tiene 27 años, no tiene papeles y su pasaporte está retenido por la Policía, dice que se siente "una indigente" sin algo que pueda comprobar quién es, porque sin este documento se le cierran "las puertas para conseguir un buen trabajo". Iria vino de Brasil hace cuatro años y desde el momento en el que pisó tierra, su vida se volvió un infierno: "Mi sueño era montar un gimnasio. ¡Era una ilusión tan grande, tan grande! ¡Y creía que iba a ser tan fácil! Solo que al llegar aquí ves la realidad".

Iria fue obligada a prostituirse para saldar su deuda. Una deuda de 1.700 euros por venir a España, aunque aumentaba cada día, cada semana. Tenía que alimentarse y, además, pagar 90 euros semanales por su habitación. "Es una deuda que pagas y pagas, pero parece que siempre estás debiendo".

Durante los primeros quince días, no se acostó con ningún hombre porque cuando se le acercaban, se echaba a llorar. Un día, su proxeneta, que era el dueño del club en el que la obligaban a trabajar, la amenazó "tanto psicológica como físicamente. Me dijo 'vienes de Brasil pasando hambre, piensas que estás aquí de vacaciones; tu tienes una deuda conmigo' y luego añadió que si no pagaba, mataría a mi familia en Brasil".

En el informe, señalan que en la última declaración hecha sobre prostitución, la Conferencia Episcopal, apunta a que hay varios factores que favorecen la trata de personas con fines de explotación sexual, como son "la sociedad consumista", "'el cliente', colaborado fundamental", "cierta tolerancia social y legal con las redes de tráfico" y "los medios de comunicación social y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), que favorecen estas situaciones por la publicidad, los anuncios de ofertas sexuales y la pornografía".