Los jóvenes guipuzcoanos de entre 13 y 18 años ven la pareja como "el estado vital ideal" y siguen asociando el amor al conflicto, según una investigación presentada por Médicus Mundi Gipuzkoa, Farapi Koop. Elkartea y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).

En rueda de prensa en San Sebastián, Gema Hierro, de Medicus Mundi Gipuzkoa, Leire Kortajarena, de Farapi Koop. Elkartea, y la directora del departamento de Filosofía de los Valores y Antropología Social de la UPV/EHU, Maggie Bullen, han dado cuenta de las conclusiones de este estudio titulado '¿El amor es algo bonito que acaba mal? Amor, sexo y salud'.

Según han indicado, el objetivo principal de esta investigación ha sido "analizar el conjunto de ideas en torno al amor romántico compartido por adolescentes y jóvenes de 13 a 18 años en Gipuzkoa, de cara a descubrir cómo las expectativas creadas sobre el amor y el sexo influyen en la forma de actuar y de establecer relaciones afectivas y sexuales".

Asimismo, el equipo investigador pretendía detectar "comportamientos y actitudes que podrían ser dañinas para la salud sexual y reproductiva de la juventud e incluso desembocar en violencia".

Durante el estudio se ha observado "un mayor cuestionamiento de las ideas tradicionales del amor en jóvenes de 16 a 18 años, que ya han tenido relaciones y, en mayor medida, entre chicas que entre chicos", han explicado.

A ello han añadido que "también parece tener mucha importancia en la configuración de su ideario amoroso la trayectoria educativa y concienciadora que hayan tenido". En el trabajo se han identificado algunas ideas globales, que el equipo investigador ha resumido en ocho conclusiones.

En primer lugar, se ha observado que "tanto adolescentes como jóvenes establecen la pareja como el estado vital ideal" y, en ese sentido, "se sigue sosteniendo la idea de que se precisa de otra persona para estar completa y el planteamiento de la vida sin pareja se vive como fracaso y se asocia a arquetipos de soledad extrema y locura, especialmente hacia las chicas".

Por otro lado, según la investigación, siguen asumiendo el conflicto, incluso violento, como "algo intrínseco al amor", entendiendo en algunos casos, incluso, que "si no hay peleas, no hay amor", apareciendo los celos y las actitudes de control como los grandes frentes en los que actuar a juicio del equipo investigador.

Asimismo, se ha observado que en la vida cotidiana la presencia de la pareja se hace "cada vez más constante, algo facilitado sobre todo por las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), que hoy por hoy juegan un papel central en la realidad de adolescentes y jóvenes".

También se ha advertido que, aunque "están bastante asumidos los valores esenciales relativos a la igualdad entre hombres y mujeres, y existe un cuestionamiento teórico de los modelos de amor y las estructuras bajo las que funcionan", sigue existiendo "cierta legitimación de algunas desigualdades, como la consideración desigual del papel que juegan los chicos y las chicas en el amor o la normativa tan cerrada del modelo amoroso válido".

Otra de las conclusiones del estudio es que sigue existiendo rechazo ante la homosexualidad o la bisexualidad, llegándose a hablar "de moda en el caso de la homosexualidad (especialmente la femenina) o de vicio o falta de personalidad en el caso de la bisexualidad". También se ha constatado la "continuidad de la objetualización de los cuerpos, sobre todo los femeninos, convirtiéndose en un elemento de deseo y consumo".

Hábitos sexuales y violencia

En relación a los hábitos sexuales las chicas "parecen tener menor autonomía a la hora de tomar decisiones respecto a sus relaciones sexuales", según los investigadores.

En lo que tiene que ver con la violencia de género, en el informe se apunta que "ha aumentado la concienciación sobre la violencia física" pero "casi todos" los jóvenes guipuzcoanos que han participado en el estudio "describen experiencias con diferentes grados de control y acoso, e incluso algunos tipos de violencia, que en algunos casos se normalizan como algo propio de las relaciones".

Finalmente, los promotores de esta investigación han abogado por "continuar construyendo conocimiento sobre el ideario amoroso, las concepciones de la pareja y de las relaciones, la salud sexual-reproductiva y el cuerpo en la adolescencia y la juventud, centrándose en sus manifestaciones online y offline", al tiempo que han incidido en la "necesidad de plantear acciones de sensibilización y prevención específicas para adolescentes y jóvenes".