Un nuevo encuentro de Conversaciones en La Central bajo el título 'Vida artificial: ¿el futuro ya está aquí?' reunirá a dos figuras de "prestigio internacional" como son Ricard Solé y María Casado González el próximo 25 de noviembre a las 20,00 horas en la Biblioteca de Ronda del Marrubial de Córdoba.

En una nota, el Ayuntamiento cordobés ha informado de que este ciclo, organizado por la Red Municipal de Bibliotecas de la delegación de Cultura de Ayuntamiento, supone para la teniente de alcalde de Cultura y Patrimonio, María del Mar Téllez, "una suma de oportunidades muy necesarias" que permiten a la ciudadanía "ser partícipe" de "debates divulgativos sobre temas de enorme calado".

El próximo acto de Conversaciones en La Central aborda una cuestión de "tanta trascendencia como las fronteras del origen de la materia y de la vida, algo que empezó a ocupar un primer plano desde que en mayo de 2010 Craig Venter anunciara al mundo la creación del primer genoma artificial".

Los avances logrados desde esa fecha "ponen en cuestión" —según recoge la presentación del encuentro— "las definiciones de artificial/natural, vida e incluso de consciencia y ser humano que venimos manejando, y sitúan a la ciencia experimental en la vanguardia de la respuesta a las cuestiones clásicas del pensamiento", han indicado.

En el diálogo participará, por un lado Ricard Solé, físico y biólogo, "experto en sistemas complejos", cuya última publicación divulgativa es 'Vidas sintéticas: una aproximación revolucionaria a la ciencia, la historia y la mente'.

El "punto de vista ético" sobre los avances científicos lo aportará María Casado González, Catedrática de Universidad, profesora titular de Filosofía del Derecho de la Universidad de Barcelona, directora e investigadora principal del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona y titular de la Cátedra Unesco de Bioética de la misma universidad.

"La investigación sobre vida artificial ha crecido exponencialmente, así como el dinero, tanto público como privado, que se moviliza a su alrededor".

Así, por ejemplo, el tratamiento genético de una levadura —organismo microscópico unicelular— ya permite fabricar a bajo coste cantidades ingentes de artemisina, la droga que combate la malaria y que hasta ahora se extraía de la planta. Una bacteria intervenida genéticamente que posibilita detectar bombas y minas porque se ilumina al contacto con las sustancias explosivas, según apunta el Consistorio.

Pero la aplicación industrial y la generación de beneficio económico "no es el único aspecto interesante de la ingeniería genética y la biología sintética", han señalado, de forma que, en los últimos años, "gracias a modelos de simulación se ha podido investigar la lógica del genoma o el cáncer, reproducir las primeras fases de la evolución del universo, algunos de los procesos que tienen lugar en nuestra mente e incluso el ascenso y caída de civilizaciones", han apuntado.

"La biología sintética representa el último eslabón en la cadena de descubrimientos que han permitido no solo comprender la vida, sino empezar a manipular su lógica", han concluido.