El telescopio Kepler descubre una estrella que emite señales "similares" a las de la Tierra

  • De cerca de 150.000 estrellas que vigila el telescopio, ésta es la única que se comporta de este modo.
  • La observación muestra intervalos completamente irregulares en su luminosidad, tanto en frecuencia como en intensidad.
Imagen monitorizada del planeta KIC 8462852 observado por el telescopio Kepler.
Imagen monitorizada del planeta KIC 8462852 observado por el telescopio Kepler.
KEPLER
Imagen monitorizada del planeta KIC 8462852 observado por el telescopio Kepler.

Una estrella observada por el telescopio Kepler ha llamado la atención de los astrónomos. El motivo es que los cambios en sus emisiones de luz no son constantes, lo que hace sospechar que no se trata de un hecho natural.

Los trabajos de seguimiento de la estrella KIC 8462852, que tiene 1,5 veces la masa de nuestro Sol y se encuentra a unos 1.500 años luz de la Tierra, han revelado dos momentos, etiquetados por los astrónomos como D800 y D1500, en los que se han producido una bajada en el brillo de la estrella del 15%, y un estallido de varios tránsitos, que alcanzaron hasta el 22%, respectivamente.

Esa oscilación lumínica es absolutamente inexplicable para los científicos, según los parámetros que rigen el Universo conocido.

La única posibilidad que podría contemplarse es que se tratase de una "lluvia de cometas" desencadenada por el pasaje de una estrella a través de ese sistema solar, algo desconocido o al menos jamás detectado salvo en el campo teórico.

Sin embargo, ha sido otra teoría la que ha llamado poderosamente la atención de científicos y medios: que se trate de una mega estructura creada por una civilización desconocida, al estilo de la 'esfera de Dyson'.

Según la escala de Kardashov, existen tres tipos de civilizaciones, según la energía que utilicen. La civilización del Tipo I utiliza toda la energía de su planeta (la humana es una civilización 0,7). La del Tipo II, a la que pertecene el concepto de la 'esfera de Dyson', aprovecha también la energía de su estrella anfitriona (el Sol en nuestro caso). En el Tipo III la civilización en cuestión arrasa las otras dos y es comparable a toda la galaxia de la Vía Láctea.

Lo cierto es que la tecnología humana es aún demasiado primitiva para saber si existe en esa región, entre las constelaciones de Lira y el Cisne, una civilización de Tipo II, un nivel capaz de crear algún tipo de estructura artificial alrededor de su estrella.

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