La línea férrea entre Aranjuez y Ciempozuelos "no tardará mucho en volver a resultar operativa", aunque Adif, la empresa pública encargada del mantenimiento de las infraestructuras ferroviarias, no se atreve a dar una fecha. No será hoy, pero quizás sí mañana y, con toda seguridad, el fin de semana.

Sus técnicos de conservación detectaron el lunes que una de las bases del puente de hierro que une ambas localidades comenzaba a ceder. El tráfico de trenes quedó paralizado . Desde ese mediodía no circulan entre Aranjuez y Ciempozuelos ni los cercanías de la línea C-3 ni los trenes de media distancia hacia Albacete, Cuenca, Jaén y Badajoz, ni los de largo recorrido a Valencia, Alicante, Murcia, Cartagena y Almería.

La compañía ha puesto a decenas de operarios, 36 camiones, cuatro excavadoras, un bulldozer, un equipo de bombeo de hormigón y varios de iluminación a trabajar en la reparación del puente.

Hasta ayer al mediodía se habían descargado 1.500 metros cúbicos de escollera, de los 4.000 que harán falta para reforzar la pilastra dañada. El ritmo de trabajo, con turnos de 24 horas, hace que Adif sea prudentemente optimista en cuanto a los plazos.

El Cercanías entre ambas localidades ha sido sustituido por Renfe por un servicio alternativo de autobuses. A partir de Ciempozuelos, los viajeros siguen su trayecto en tren hasta Atocha.

Autobús hasta Aranjuez

Los trenes de media distancia tienen la misma alternativa: Cercanías hasta Ciempozuelos, bus hasta Aranjuez y servicio normal hasta destino. Los viajeros de largo recorrido a Alicante, Murcia y Almería: bus hasta Aranjuez y desde allí, en sus trenes habituales.

Los Alaris a Valencia, en cambio, circulan por la vía del AVE a Ciudad Real y desde allí, previo cambio de tren, por su línea hasta la capital valenciana. Todas las combinaciones tienen la misma alternativa en sentido contrario. Acumulan retrasos de hasta una hora. Renfe calcula que cada día hay unos 14.000 afectados.

Falta de información

Renfe aseguró ayer que había reforzado su servicio de información a los clientes en todas las estaciones afectadas. Sin embargo, Atocha ofrecía dos caras bien distintas. Mientras en el vestíbulo de Cercanías todos los luminosos comunicaban la incidencia, en Puerta de Atocha (medio y largo recorrido) ni un cartel ni un panel daba información. Los viajeros consultados por 20 minutos desconocían que sus trenes llegarían con una hora de retraso.

A pie de vía

Inmaculada Castaño. 40 años. «Vengo de Valencia. No nos informaron del corte ni del retraso hasta Albacete. Hemos llegado a Ciudad Real y allí hemos cambiado de tren. Yo ni siquiera sé la causa del desvío. Voy al Thyssen, creo que llegaré a tiempo».

Wasim Abutaha. 37 años. «Sabía que había un problema en la línea por las noticias, lo vi en la tele por la mañana. Pero no sabía que suponía un retraso de una hora. Vengo de Valencia y cojo un vuelo en tres horas. En taxi, espero llegar a Barajas sin problemas».

Sonsoles Hernanz. 22 años. «Sabía que había una avería, pero no por qué ni tampoco que supusiera un retraso. Estu-dio en Madrid y voy a Valencia, a casa, de vacaciones. Por eso no me importa tardar algo más. Me choca no ver información en la estación».