Para cualquiera interesado en alojar en su piso a un amigo o familiar no comunitario, tramitar la carta de invitación para que no tenga problemas al llegar a España puede ser un infierno burocrático.

La carta de invitación es un requisito para los turistas de fuera del ámbito de la UE que se vengan a alojar con un amigo o familiar; es decir, que no viajen en circuito organizado ni tengan reserva de hotel. Antes, esas cartas se hacían ante notario, pero ahora las tramita la Policía.

Un redactor acudió sin revelar su condición a una comisaría de Madrid a tramitar la carta de invitación el pasado 14 de junio, tres días después de su entrada en vigor. "Venga la semana que viene, porque eso es un trámite nuevo y aún estamos actualizando el sistema", dijo un funcionario.

El solicitante dijo que le urgía la carta, pues el invitado llegaba en diez días. "Venga de todas formas la semana que viene".

El lunes siguiente, otro funcionario informó: "Aún no lo estamos haciendo, porque estamos esperando a que la Fábrica de Moneda y Timbre nos envíe los impresos. Vuelva la semana que viene". Ante la insistencia, el funcionario lo envió de nuevo a la comisaría de Carabanchel. "Ellos se están encargando de eso".

En esa dependencia proporcionaron un impreso de solicitud, pero enviaron al interesado de nuevo a la primera comisaría, "que es la que le corresponde".

Tras mucho insistir, al final se pudo hablar directamente con un funcionario del grupo de Extranjería, que se negó de nuevo a aceptar la solicitud: "Esas cartas no las está haciendo nadie, el programa lo estamos actualizando y no tenemos el papel con el formato para imprimirlas".

"Si le piden la carta a mi invitado, ¿cómo probará que a mí me fue imposible tramitarla?", se le preguntó. El funcionario se alzó de hombros: "Los agentes saben que nadie está tramitando aún estas cartas".

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