Miembros de la Plataforma  Independiente de Quéntar (PIQ) se han encerrado este lunes en el colegio Ribera de Aguas Blancas de esta localidad para pedir el arreglo de sus instalaciones.

El colegio, donde acuden algo más de 60 menores de Infantil y Primaria, sufre "una situación permanente de abandono", aseguran. El encierro, que está previsto que a acabe mañana con una cacerolada a las puertas del Ayuntamiento, pretende llamar la atención al equipo de Gobierno para que "responda a las peticiones de los padres", explican desde esta plataforma.

"Los lavabos, los grifos y las tuberías están en mal estado, con condiciones higiénicas que suponen un peligro para la salud de los menores", asegura Pepe Heredia, portavoz del colectivo. Los miembros de PIQ denuncian la "insalubridad" de buena parte de las instalaciones, que «son un peligro, ya que que atentan contra la salud pública».

La culpa de esta situación es del Ayuntamiento, dicen los afectados. "La corporación municipal lleva obviando durante años esta problemática, omitiendo de forma reiterada sus responsabilidades del mantenimiento de las instalaciones", afirman.

El próximo curso, los padres temen que la problemática aumente con la incorporación en el colegio de algunos alumnos con movilidad reducida. El edificio no cuenta, asegura Heredia, "con rampas de acceso, ni tampoco las hay en el patio, por lo que la presencia de barreras arquitectónicas es preocupante".

Por su parte, Daniel Peña, alcalde de la localidad, afirma que este verano se realizarán "las obras necesarias para la adaptación del centro". Además, mantiene que el Consistorio ha atendido durante el curso las peticiones de los padres y de la dirección del colegio. "Sin embargo, es ahora, en vacaciones cuando los trabajos más importantes suelen realizarse. Y ya estaban previstos", apostilla.

La limpieza diaria del centro es otra de las quejas de los miembros de esta plataforma, que aseguran que no se hace "como es debido".

El alcalde explica que este tipo de labores las realizan los desempleados de la localidad. "Existe una bolsa de trabajo y cada quince días aproximadamente la persona  encargada de limpiar el colegio cambia". Esto ha podido ocasionar "algún desajuste, pero ni mucho menos problemas higiénicos", dice el edil.