El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha presentado formalmente su candidatura a presidir el Eurogrupo, en una carta en la que se muestra convencido de ser capaz de fortalecer las perspectivas de crecimiento de la Eurozona, que todavía no son "robustas", y afrontar unas tasas de desempleo, "aún inaceptables".

En esa carta, el ministro destaca su experiencia al frente de la gestión económica en España tras conseguir sacar al país de "la crisis más severa" de la historia moderna. "Me gustaría aprovechar esta oportunidad para compartir mi visión sobre la dirección y prioridades que deben adoptar los trabajos del Eurogrupo en los dos próximos años y medio", afirma el ministro en la misiva, en la que destaca los avances que la Unión Europea ha acometido al atravesar estos tiempos difíciles.

No obstante, subraya que quedan cambios por hacer y "retos", ya que las consecuencias sociales que ha dejado la crisis económica las siguen sintiendo los ciudadanos. "A pesar de la mejora económica, el legado de la crisis persiste", destaca De Guindos, tras añadir que existe todavía un elevado nivel de deuda en muchos países.

De Guindos aboga por la coordinación en el gobierno de la UE y por seguir con las reformas estructurales, que "se necesitan más que nunca con el fin de elevar el potencial crecimiento" de las economías. Incide en que un mayor crecimiento permitiría reducir las cargas fiscales y mejorar la sostenibilidad de la deuda a largo plazo.

El ministro resalta que la crisis ha deteriorado "considerablemente" la percepción de los ciudadanos sobre la integración de la UE y afirma que hacer frente a estos desafíos "requerirá determinación y un esfuerzo de coordinación importante".

En este sentido, reitera la importancia de la gobernanza económica a través del Eurogrupo, que califica de "piedra angular" para completar la Unión Económica y Monetaria. "Creo que puedo cumplir con todos los requisitos", afirma De Guindos, tras recordar su participación en las reuniones del Eurogrupo de forma activa y los años en los que España ha sido miembro adjunto, en la década del 2000.

Además, ha destacado su labor reformista al frente del ministerio de Economía español, que ha conseguido que España esté creciendo a un ritmo muy superior a la media de la zona euro y que cree empleo de forma sólida. "La experiencia demuestra que las herramientas que hemos creado durante la crisis pueden ser de éxito", añade en sus argumentaciones.

Durante su intervención en un curso organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), De Guindos se ha expresado con "prudencia y mucha humildad" de cara a liderar el Eurogrupo, al tiempo que ha defendido que es mejor que su presidente proceda de un país que estuvo "al borde del colapso" y ahora crece "el doble" de la media de la zona euro, en lugar de uno con "triple A".

El ministro se ha referido así a su competencia con el actual presidente del Eurogrupo, el ministro holandés de Economía, el socialista holandés Jeroen Dijsselbloem. "Por eso creo que España va a tener la presidencia del Eurogrupo", ha afirmado, para después defender que España "se lo merece".

El ministro ha argumentado además que España está "claramente" infrarrepresentada en las instituciones comunitarias. En este sentido, ha incidido en que España es un "ejemplo" en la zona euro en estos momentos gracias al "giro intenso" en su situación económica tras la ayuda liberada por la UE para sanear a la banca.

El titular de Economía no ha querido desvelar los apoyos con los que cuenta en su carrera hacia el Eurogrupo, al asegurar que los respaldos "se tienen, pero no se cuentan". "No he oído a muchos países decir a quien apoyan o no", ha explicado.

Preguntado sobre la polémica surgida sobre si el PSOE apoya su candidatura, Guindos ha garantizado que el partido apoya la presencia de españoles en instituciones comunitarias. "El PSOE sabe que es importante tener un español en la Presidencia del Eurogrupo. Es algo bueno para los intereses españoles", ha afirmado.

Por otro lado, De Guindos señala en su carta nueve puntos como las prioridades de una futura presidencia y entre ellas subraya una coordinación política "más fuerte", las reformas estructurales que ayuden a crear empleo, la finalización del proceso de unión bancaria y de la Unión Monetaria y el fortalecimiento del mercado interior.

Aboga por una mayor coordinación fiscal y financiera y una sostenibilidad de las finanzas públicas "condición previa para un crecimiento duradero" así como priorizar las inversiones productivas.

También, para señalar que dará especial consideración a la necesidad de impulsar la legitimidad de la gobernanza económica y garantizará la independencia de los parlamentos de cada país miembro.